𝐃𝐢𝐞𝐭 𝐎𝐟 𝐒𝐞𝐱 || 𝑅𝑖𝑣𝑎𝑟𝑖

19:19

—Eres nueva, ¿Verdad?— Preguntó una rubia mientras se recargaba en un casillero, viendo a la pelirroja que sólo la vio de pies a cabeza y asintió. —Y eres amiga de Rivera, ¿verdad?

—Sip, ¿Se te perdió algo por aquí?— Alzó su ceja mientras intentaba cerrar su casillero, pero la otra no la dejó. —Disculpa, si no quieres que te rompa los dedos aléjate de mi casillero.

—No serías-

Y antes de que la otra pudiera finalizar, la pelirroja ya había cerrado su casillero, sin importarle que los dedos de Biyin estuvieran en el metal. Rocio azotó la puerta y disfrutó tanto cuando la otra gritó y se retorció intentando sacar sus dedos. Sólo la vio, diciendo un "te lo dije" y después de un minuto se dispuso a abrir la puerta de su casillero para dejarle libre.

―Y te juro que se me fue la mano, no vi que Biyin tenía sus deditos en mi casillero, ¿Estás bien, Biyin?—Preguntó falsa mientras daba una sonrisa cínica, viendo sus dedos vendados, y la afectada sólo veía cómo la pelirroja más alta quería aguantar su risa.

―Entonces ella por accidente metió sus dedos ahí.― Su mano en su boca para evitar soltar la carcajada y vio a su mejor amiga preocupada por la mano de la rubia. Esole quitó las ganas de reírse, así que sólo fingió otra sonrisa.

―Rivers y yo vamos a caminar por ahí para hablar, tenemos que discutir un proyecto de taller.―Y Rocio jaló el brazo de la mencionada, que sólo veía cómo Ari ni las había escuchado por estar cuidando a Biyin.

Ari ayer sólo había tenido sexo con ella sólo para liberar la tensión que tenían por haberse gritado y reclamado algunas cosas que habían explotado en el momento, y se dio cuenta cuando la menor le preguntó: ¿Qué ibas a decir antes de que te besara?

Rivers mostró levemente su decepción ante eso, haciendo a Rocio abrazarla y que la otra correspondiera el abrazo.

―Pensé que me había entendido, pero cuando me dijo que no, yo ya estaba literalmente muerta por el sexo.— Llevó sus manos a su rostro y suspiró, comenzando a notar que a sus manos caían gotas y sus ojos comenzaron a arder. —Soy una cobarde, idiota, mamá estaría tan decepcionada de mi si me viera en este momento.

—¿Ella sabe?

—Al parecer todo mundo sabe que me gusta Ari menos ella.—Habló brusco, y Rocio sólo hizo un puchero y la abrazó,mostrándole su apoyo.

―Tengo la tarde libre, si quieres podemos ir a mi casa para que puedas llorar bien.— Palmeó su hombro cuando la dejó de abrazar, pero Rivers sólo la vio, sonrió, y se acercó a abrazarla, hundiendo su nariz entre el hueco del hombro y cuello de la otra.

Rocio sólo volvió a abrazarla, consolándola, y apenas Ari vió la escena, sintió algo horrible en su corazón, algo que sintió pocas en su vida pero dolía toda una. Para asegurarse de que no la vieran se escondió detrás de una pared para seguir escuchando, y salió un poco para ver.

―Gracias por dejarme llorar.—Limpió sus lágrimas, y vio a Rocio de nuevo. —Mamá me mataría si se entera que lloré frente a alguien por eso.

—No, está bien, duele, gracias por abrirte de esa forma conmigo para aliviar un poco tu corazón.— ¿Se abrió con Rocio? ¿Con algo de su madre?

Ari mordió sus labios al pensar que Rivers estaba perdiendo poco a poco la confianza con ella como para no contarle un suceso con su familia que siempre le contaba. Tragó saliva, notando que volvieron a hablar.

—¿Está bien si hoy voy a tu casa? Tomaré tu ayuda con eso de desahogarme en paz, ya sabes, no hablaría de esto con Ari porque no sabría cómo decirlo, cómo ocultarlo para que ella no sepa.

―Pero tienes que decirle, qué sentido tiene revolver las cosas.— Rivers no quería que se enterara de algo, y frunció su ceño al pensar que haber tenido sexo con ella el día anterior había sido una horrible confusión que hizo asquear a la otra.
¿El tener sexo con ella le estaba haciendo perder la confianza? Ari llevó sus manos a su boca para evitar quejarse.

—Ayer tuvimos sexo, y fue increíble.— No le asqueaba tener sexo con ella y suspiró de alivio, pero luego frunció su ceño al saber que Rocio sabía, sabía de eso. Abrió su boca ofendida. —Pero realmente, si a ella le gusta Biyin no entiendo por qué me utiliza.

―Tal vez tú le gustas, no sé, yo tampoco obligaría a mi mejor amiga a tener sexo conmigo aun cuando mi crush me hizo caso. ―Una risa burlona de la otra, haciendo a la castaña ofenderse de nuevo.

¿Acaso la idiota de Rivers no aceptaría que su mejor amiga tuviera sentimientos románticos por ella? Apretó sus puños mientras intentaba escuchar mejor.

―A ella le gusta Biyin, ve cómo la ve, la ve cómo si todo existiera.

―Freen, a ti también te ve como idiota.— Gracias, pelirroja estúpida.

—No seas idiota Rocio, yo jamás le gustaría a Ari, tal ve-

—¡Abi!―Y la mexicana maldijo detrás de su pared del chisme para voltear a ver a una peliazul caminar a ella. —Hace tiempo que no hablamos.

—Ah, sí, Ama, hace mucho, emm...

—¿Recuerdas que tenías todo un plan para decirle todo a Capri de una vez? Déjame decirte que funcionó, ahora ella y yo tenemos una relación y quería agradecerte por eso.

Una reverencia de la menor, haciendo a Ari sonreír, y cuando la otra se puso recta, la pelinegra la abrazó feliz.

—Te dije que iba a funcionar de esa forma, siempre hay que ir directas, es la única forma en la que funcionan las cosas.— Se sintió idiota de dar un consejo que ella jamás tomaría, pero vio a la pelinegra que sonrió viéndola.

—¿Qué haces aquí sola, Abi?—Preguntó ladeando su cabeza, y Ari sólo la detuvo.

—Estaba apreciando el paisaje de la pared, creo que había un clavo mal puesto.— La tomó de la cintura v la comenzó a guiar aotro lado opuesto donde estaban la pelirroja y la castaña hablando.