1. Victoria

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Todo empezó cuando tenía 8 años y su familia tuvo que mudarse a una nueva ciudad. Victoria tenía una hermana mayor, la cual era sensible y tierna, y ella podía seguirla a donde fuera.

Pero siempre creció con la creencia de que ella tenía que ser la fuerte de la familia, no dejarse ver llorando por nadie, ni mostrar muchos sentimientos, puesto que eso ya lo hacía su hermana y su madre, y su lugar era ser la graciosa, la fría.

Aunque su memoria no es muy buena, ella recuerda ese momento como si hubiera pasado unas horas antes. Cuando entró al que sería su nuevo colegio y lo vio al otro lado del salón sentado con un cuaderno de un carro rojo y riéndose con otro amigo a su lado.

Ambos cruzaron miradas, y a Victoria, que siempre había creído en el amor por las películas que su hermana le obligaba a ver pero que nunca lo había experimentado, eso había sido lo más cercano del amor a primera vista.

Recordó que apartó su mirada, era como si chispas saltarán, su corazón se elevó, el calor subió a sus mejillas, pero no era vergüenza, era como la emoción que sientes al llegar a tu casa después de un largo viaje.

Estar cerca de él era como una droga, a tan corta edad, Victoria que nunca había tenido un niño de amigo, se hizo cercana de inmediato de Simón, quien era el chico más dulce y gracioso, y siempre la ayudaba y siempre se preocupaba cuando ella lloraba porque no podía resolver los problemas de matemáticas.

Victoria lo pensaba todo el día cuando no estaban juntos, y no podía dejar de mirarlo cuando estaban en la misma sala de colegio.

Los niños que estudiaban con ellos los molestaban, pero eso a ellos no les importaba, Simón seguía regalándole dulces y dedicándole canciones que escuchaba en la radio. Le escribía en un pedazo de papel cortado con sus dedos "escucha esta canción" y Victoria siempre que llegaba a su casa le pedía a su hermana que la pusiera sin darle muchas explicaciones y cerraba los ojos sin saber muy bien qué hacer con todo lo que sentía en el pecho.

En la excursión por final de año que hicieron con todos los estudiantes de ese grado, Simón le confiesa cuando empiezan asar malvaviscos que gusta de ella. Victoria no pudo decir nada porque el salió corriendo, pero esas palabras quedaron grabadas en su mente durante dos meses que duraron sin verse por vacaciones

"Creo que me gustas"

¿Qué podía hacer ella con esa información? A sus nueve años no había mucho que hacer.

Victoria consiguió dos muy buenas amigas también, además de Simón, para ella era una felicidad ir al colegio y verlos, quienes hacían su vida un poco más feliz.

Después de vacaciones Simón le confesó que había soñado que se besaban, Victoria había soñado con ese momento muchas veces también, incluso había practicado con su mano, y les había preguntado a sus amigas, pero ninguna había dado su primer beso tampoco.

Una tarde de abril después de un ensayo para un baile del colegio, como siempre Simón y Victoria estaban jugando y molestando. Victoria le dijo que la esperara mientras se lavaba la cara porque estaba muy sudada por correr con él, entró y cuando estaba abriendo la llave del grifo vio a Simón entrar con mucha vergüenza y luego aclararse la voz.

-Quiero hacer mi sueño realidad.

Al principio sonó como una petición, pero luego tomó su rostro entre una de sus manos y lo levantó levemente mientras le daba un tierno besos en sus labios.

Victoria que había estado imaginando ese momento y preocupándose por qué harían sus labios o sus manos se rindió ante el contacto de los labios de Simón por primera vez y todo cuadró en su lugar. Se dio cuenta rápidamente que se había preocupado estúpidamente pues como siempre, con Simón todo encajaba.

En espera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora