19. Victoria

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Cuando Victoria cumplió 23 años y decidió que algún día quería casarse (aunque no tenía idea quién sería un hombre que soportaría por toda su vida) tenía en claro quién sería su madrina, la tía de sus hijos si es que algún día tenía, aparte de su hermana. 

 Su amistad con Georgina había empezado de lo más peculiar. Se habían hecho amigas una noche en el viaje de graduación. Victoria aún no se había alejado de sus amigas de toda la vida, pero aquella noche quería beber y llorar.

Y Georgina, que toda la vida le seguiría la cuerda en sus planes, y sin ser amigas cercanas todavía, le ofreció un plan.

- ¡Que se joda Simón! Vamos a hacer algo loco esta noche.

Lo que menos quería hacer Victoria era dormir, y al ver que Antonella y Dana se fueron acostar temprano, le sonrió a Georgina.

- ¿Qué tienes en mente?

-Pues mi madre tiene un dicho, no hay problema que el tequila no pueda arreglar.

-Ya, pero no nos dejan comprar botellas en el hotel, tenemos 17.

- ¿Quién dijo que las vamos a comprar?

Y así, su futura amiga de toda la vida, la llevaría a cometer el primer crimen (y tal vez único) que solo dos chicas con el corazón roto y sin identificación de mayoría de edad podrían cometer. En su defensa, Georgina dejó unos cuantos billetes cercanos al precio de las botellas, y cuando se escabulleron por el bar salieron corriendo hacia la playa.

Tomaron desde la botella a chorros, como si fuera agua. Todo les empezó a parecer gracioso, empezaron a bailar, y cuando un grupo musical que estaba dando una serenata a una pareja recién comprometida les ofreció bailar con ellos ambas soltaron una carcajada porque sabían definitivamente que lo harían.

Georgina era muy fácil de estar, traía una luz consigo a donde iba.

Cuando todo les empezó a parecer una buena idea también, se dirigieron a la piscina, donde estaban haciendo un concurso por una noche extra en el hotel.

- ¡Es muy sencillo! - dijo el animador del concurso. - La pareja que dure más tiempo de pie en esta tabla de surf sobre la piscina gana.

Ambas se miraron, y parecieron ignorar cuánto licor habían tomado, porque cuando preguntaron quien iría de primeras, ambas alzaron la mano.

- ¿Lista, Gi?

-Nacimos para esto, Vicky.

En la cabeza de Victoria, lo estaban haciendo genial, y cuando volteó a ver a Georgina que ni siquiera se había levantado por completo, ella tenía una cara de espanto.

- ¡Tu bikini! - gritó y se levantó para intentar cubrirla.

Victoria que no sentía ninguna parte de su cuerpo se dio cuenta que tenía la parte inferior de su vestido de baño en los tobillos y agradeció en medio de su inconsciencia haber decidido subirse a la tabla de espaldas, porque entre todo lo que podía mostrar, eso era lo que menos le daba vergüenza.

Ambas cayeron al agua y la tabla se les volteó. Victoria agarró la tanga en medio del agua y se la subió. Se empezaron a reír tanto que su estómago empezó a doler y salieron lágrimas.

-Si no ganamos, esto está comprado.

-Mira no habremos durado mucho, pero dimos un buen espectáculo.

Un poco más sobrias, después de haber sostenido el pelo de la otra vomitando, se acostaron en el piso del baño.

-Yo también estoy así por amor. - le confesó Georgina.

En espera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora