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Lord Cregan Stark ya era un hombre, y todos eran testigos de eso, el era el nuevo guardian del norte, la cabeza de los norteños. Un hábil guerrero, valiente, fuerte y serio.

Solía ser generoso, y un hombre de palabra.

Se ganó la confianza y el respeto de su gente con solo veintiun años.  Caminaba por la casa Stark miéntras daba indicaciones a su mano derecha.

Su atención se detuvo a observarla a ella, lydia, esa mujer fue quien se encargó de cuidarlo, desde niño, siempre le dió un amor incondicional y le enseño como ser un hombre de bien, lo protegio de sus travesuras de niño incluso si tenia que hecharse la culpa.

Su mirada fue a la mujer unos años mayor que el, siempre Lucia espléndida, risueña, hermosa , siempre cuidando de otros niños.

Ella le sacaba unos catorce años. No mucho  para el lord del norte.

Observo su curvuliento cuerpo a través de su vestido, sus pechos y su cuello, su delicado rostro.

La mujer lo saludó con una sonrisa, el asintio en saludo siguiendo con lo suyo.

El sentía deseo sexual  hacia esa mujer, pero más allá de eso la quería, en realidad la amaba. Era un gusto por las mujeres mayores. En realidad solo sentía atracción hacia ella.

Cómo todas las noches ella espero a que todos estuvieran en sus habitación y se colo en los aposentos de su señor.

Ambos amantes se enredaban bajo las sábanas, la mujer montaba al hombre como a el le gustaba, sus frías manos pasaron por los muslos de la mujer dejando caricias y apretandolos cuando sentía placer de mas.

La mujer gemia lo más bajo posible, sus pechos se movían de arriba a  bajo dándole una excelente vista al lobo norteño bajo de ella. El elevó su rostro hasta enterrar su cara en ambos suaves y redondos pechos.

La mujer tiró de su cabello mientras se movía encima de el.

La cálida boca del hombre atrapó su pezón, succionó de el, su lengua paso a su alrededor. La mujer gimió mas alto cuando sus dientes apretaron un poco a su alrededor, de inmediato paso su lengua en el lugar. Los ojos de Cregan casi se ponen en blanco cuando las apretadas paredes de la mujer suben y bajaba elevando su velocidad y profundidad. El estaba casi llegando a su orgasmo. La mujer se movía más rápido, el hombre jadeaba contra su pecho.

El miembro empezaba a contraerse y palpitar dentro de ella, las paredes de ella cada vez apretaban más a su alrededor.

El cuerpo del hombre se tenso, faltaba poco. La mujer era muy buena en lo que hacia, y se encargó de montarlo hasta finalmente sentir como el gemia contra su piel. Aún así no se detuvo, aún quería el de ella, estaba casi por lograrlo la respiración de el aumento contra sus pechos se separó de su pezón y enterró su rostro contra sus suaves pechos con su boca semi abierta y sus manos fuertes en los muslos de la mujer. Finalmente los gemidos de la mujer aumenten mientras se corría encima de el, provocándole una nueva eyaculación.

El salió despacio de ella recostadola en la cama, beso sus labios y acaricio su rostro. La mujer movió su rostro a un lado.

–sin besos, ni afecto. Recuerde mi lord.

–solo será uno.– el dijo dejando un nuevo beso.

Ambos se besaron como muy pocas veces lo
Hacían, tenían un contrato consensuado sin papeles.

Ella era la amante de Cregan Stark, estaría disponible a la hora que sea para el y dispuesta a darle placer.

Había una regla importante, no era algo amoroso, solo carnal.

Cosa que el mismo lord estaba rompiendo.

La mujer se levantó de la cama vistiendo se.

–lydia, quédate.

–no creo que se correcto.

–es una orden.

La mujer no podía hacer nada respecto a eso. Dejo su vestido a medio de poner. Se retiró de el.

–¿que quiere que haga por usted?–pregunto con agotamiento en su voz y su cuerpo sensible.

–solo deseo tu compañía y que me dejes besarte  y acariciarte.

La mujer asiento recostandose a su lado. Cerro sus ojos al sentir la enorme mano del hombre pasar por su mejilla.

–¿por que te resistes a esto?

–esta mal mi lord, soy muy mayor para usted y lo sabe.

–eso jamás me detuvo, tu eres alguien importante para mí.

–aun así hay muchas mujeres más jóvenes y bellas que de verdad pueden corresponderle.

–yo no quiero a otra mujeres, la quiero a usted.

La mujer nego recostandose en la cama, apoyando su cabeza en la cama. El hombre paso su brazo por encima de ella, su mano se apoyo a un lado de su cabeza. Su cara bajo a la de ella.

–es increíble como me tienes enamorado. Creí que con solo una noche con usted iba a ser suficiente. Que equivocado que estaba mi señora. Yo a usted la amo, Pero como mujer, mi mujer.

–esto no puede ser, usted aún es joven no sabe nada acerca del amor.

–por supuesto  que si lo sé.  Es lo que siento yo por usted precisamente.

La mujer suspiro besando sus labios.

–sera mejor ya no vernos a escondidas. Esto está mal. Los dioses nos castigarán por eso.

–eso haremos.

–entonces esto es una despedida, mi lord.

–no nos veremos más, pero a escondidas.

La mujer frunció su ceño confunda, aunque le dolía ya no quería seguir viendolo, su corazón ya estaba bastante contaminado de amor hacia el. Y por supuesto que solo sería un gran error del cual todos la señalarían a ella.

–yo no se a que se refiere.

–tu y yo nos casaremos, y tú serás mi señora, mi lady.

La mujer no podía creer lo que  estaba escuchando. Nego con su rostro con una sonrisa.

-–con todo respeto, usted enloqueció.

–no, estoy muy cuerdo. A partir de mañana todo el norte sabrá de nuestro amor. Y tan pronto sea posible nos un iremos en matrimonio.

La mujer sonrio de la felicidad.  Aún con preocupaciones, por la diferente de edad y su tipo de relación anterior. Los rumores pronto se encargarían de hacer chismes en falso, Pero eso no le preocupo si estaba al lado de lord Cregan Stark.

–yo también lo amo, mi señor.

El beso sus labios abrazándola.

Sin duda alguna su sueño se haría  realidad. Concebir matrimonio con su amada Lydia.


Cregan Stark/ one shots 🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora