A Park Jimin, la vida parece haberle jugado una mala pasada, enfrentando el desafío más grande de todos: la paternidad.
Jeon Jungkook, un Omega que ha puesto sus ojos en el Alfa más atractivo e inocente de la institución, pero es el Alfa dejado a c...
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Después de una semana el cachorro de Jimin fue dado de alta, ya no regresó la temperatura y su salud era mucho mejor, esa misma semana estuvo ausente en la universidad.
Todo se estaba complicando más, había perdido demasiadas clases puesto que no podia despegarse de dónde tenian al bebé internado, y se llegaban los periodos de exámenes.
Si o si tenía que ponerse al corriente con tareas y trabajos pero el problema es que seguía siendo ignorado por compañeros de clase.
—Por favor señor Choi. Necesito pasar la materia— suspiró frustrado, agradecía que el bebé seguía dormido pero su brazo comenzaba a dolerle un poco por el peso.
—Primero das problemas con ese bebé y ahora con la materia...
—Le prometo que no fallaré de nuevo pero por favor ayúdeme—
—Lo único que puedes hacer es buscar a uno de tus compañeros para que te pongan al corriente de todas las clases. Es todo— salió del aula.
Bueno, lo único que le quedaba era recurrir a una persona en especial. Esperaba que este si lo ayudara o si no tendría grandes problemas con los exámenes.
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—Me adelantaré para ir a comprar almuerzo— guardó rápido sus cosas en la mochila y salió del salón.
No era mentira que compraría su almuerzo pero es que desde hace media hora su lobo nuevamente comenzó a inquietarse y parecía estar desesperado por salir.
—¡Si ves una banca libre la apartas!—
Todos en absoluto estaban más que estresados de tanto estudiar los últimos temas que se han visto. Sin embargo, dos Omegas en específico no lo están tanto ya que son de las personas más inteligentes y cumplidas de su grado.
El día de hoy Jungkook se levantó con un bonito presentimiento y no habría nada que arruinara su buena aura. Así que se dirigió a la cafetería, lo único malo fue que ya no alcanzó a empaquetar su almuerzo pero no era problema comprarlo.
Y agradecía que aún era temprano porque habían muy pocos estudiantes en las bancas de la cafetería. Y también la fila para comprar era muy corta.
En unos cuantos minutos ya había comprado el dichoso almuerzo, y una que otra fruta. Por suerte, había suficientes bancas disponibles pero la que siempre elegían era la más alejada de todas, quedaba cerca de la puerta trasera que daba a las canchas de fútbol.
—Llegué— el pelinegro sacó una pequeña lonchera de color negro con una estampado de gato y dejó su mochila en el suelo para tomar asiento —Por poco y me agarraban de tutor de nuevo...
—Es que eres Min inteligente Yoongi— por primera vez probó un bocado, no estaba tan mal, el sabor era agradable.
—Pero deben esforzarse por sacar buenas notas. Les preocupa más estar en un equipo deportivo que las notas. Eso es un desperdicio— ahora venía la acción que más amaba, comer.
