Angel Dust, un demonio que trabaja para Valentino.
Husk, un gato amargado y alcoholico.
Ambos se conocerán a fondo y terminaran siendo algo inesperado...
Angel no llegó el mismo día que se fué al estudio a trabajar, llegó al día siguiente. Llegó súper temprano para que nadie lo viera, para que nadie viera el moretón en su ojo, la herida en su brazo y en su espalda. Al parecer Valentino no sólo se había dejado llevar por la exploración de nuevos fetiches, sino también por el abuso de Angel, dejándolo mal herido.
Lo que Angel no esperaba era que Husk había estado esperándolo, se encontraba en su cuarto, en completa oscuridad. El gato suponía que asustaría a Angel una vez este entrara al cuarto y encendiera la luz, sin embargo, Angel entró al cuarto pero en vez de encender luz corrió al baño con evidente prisa. Husk se sorprendió y se preocupo por esto, acercándose a la puerta del baño con cautela para escuchar si Angel estaba vomitando de nuevo, pero en vez de escuchar a Angel vomitando, lo escuchó llorando y conteniendo gritos de dolor, era evidente que estaba herido.
Sin pensarlo tanto Husk entró al baño, asustando a Angel quien rápidamente intentó cubrir su heridas y actuar como si nada estuviera pasando, como si solo estuviera tomando un baño.
—¿Husk? ¿Pero qué mierda te pasa? —vociferó con confusión y molestia, sabía que ya no tenía forma de evitarlo.
—¿Estás bien? —interrogó con clara preocupación.
—Sí, y por si no te has dado cuenta, ¡me estoy bañando! —extendió los brazos obviedad— apreciaría que respetaras mi privacidad y me dejaras en paz —articuló con firmeza y sarcasmo.
—suspiro— Angel, déjame ver tus heridas —ordenó con firmeza y seriedad.
—No sé de qué hablas...—masculló con nerviosismo, mirando a otro lado para esconder su inquietud.
—Angel, no me iré hasta que me dejes ver tus heridas. —ordenó nuevamente, más firme que antes.
—suspiro— Bien...—se rindió de mala gana para después extender su brazo y mostrarle la herida en el— ¿feliz? —dijo con sarcasmo e ironía.
Husk miró la herida con preocupación y tristeza, no entendía por qué Angel parecía odiarlo si lo único que quería era brindarle apoyo y protección de Valentino.
—¿Por qué actúas de esta manera, Angel? —preguntó con una pizca de melancolía en su voz mientras se disponía a examinar la herida en el brazo de Angel, quién contuvo pequeños jadeos de dolor al movimiento del brazo.
—No sé de qué hablas...—musitó con cierto desdén, mirando a otro lado para evitar la mirada de Husk.
Husk suspiró y buscó los implementos necesarios para tratar la herida de Angel. Con mucho cuidado limpió la herida con alcohol en un pedazo de algodón, deteniéndose cada vez que Angel jadeaba del dolor. Una vez terminó de limpiar la herida la vendo con cuidado y hesitó por un momento para acariciar su brazo para consolarlo, para que sintiera que Husk en verdad lo apreciaba y quería ayudarlo.
—Ya puedes irte. —dijo con firmeza mientras alejaba su brazo de las manos de Husk.
Husk iba a decir algo pero sintió el olor a sangre, dándose cuenta de que Angel tenía otra herida. Rápidamente se posó detrás de Angel para examinar su espalda, preocupándose aún más en cuanto vió su herida en la espalda.
—Angel...—susurró con melancolía y ansiedad.
—¡No está tan mal! —dijo con despreocupación— ¿verdad? —añadió con cierta inquietud.
Husk suspiró y se dispuso a tratar la herida en su espalda con delicadeza y cuidado. Siguiendo los mismos pasos que siguió con la herida en su brazo.
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Una vez Husk terminó de curar sus heridas, se sentó al borde de la tina, mirando a Angel con seriedad y preocupación.
—¿Qué? —cuestionó Angel con cierta molestia, evadiendo la mirada de Husk.
—Nada...—musitó Husk con inquietud antes de suspirar e irse, dejando a Angel sólo y confundido, pero al mismo tiempo, dejándolo con remordimiento por haberlo tratado con tanto desdén.
Husk estaba decidido a ayudar a Angel, estaba dispuesto a hacer lo que fuera por salvarlo de las garras de Valentino, y eso era justo lo que iba a hacer, aunque fuera lo último que hiciera. Se camino por el hotel, buscando a Alastor para hacer un último trato, dispuesto a venderse por segunda vez al demonio radio.
—Alastor. —llamó al venado con firmeza.
—¡Husker! Mi estimado amigo, ¿en qué puedo ayudarte? —cuestionó con calma, curioso acerca de las intenciones en el llamado de Husk.
—Necesito liberar a Angel de Valentino, con urgencia. —expuso con firmeza y seriedad.
—Liberar a Angel de Valentino, ¿y con urgencia? —el demonio radio esbozó una sonrisa de oreja a oreja— debes estar desesperado como para acudir a mí, ¿verdad? —aseguró Alastor con diversión e interés.
—Husk rodó los ojos— ¿Vas a ayudarme o no? —cuestionó con cierta molestia.
—¡Pero por supuesto! —vociferó con emoción— eres mi amigo después de todo —musitó con cierta condescendencia— ¡además! Valentino está con Vox , ¿no es así?, si le quito su pertenencia más valorada a Valentino, se verá en bancarrota, y por consiguiente, Vox se verá perjudicado ya que no es nada sin los otros Vees...—expuso para sí mismo mientras consideraba los beneficios de ayudar a Husk liberando a Angel— ¡De acuerdo! voy a ayudarte, amigo mío. —afirmó con calma y firmeza.
—¿Y qué quieres a cambio? —preguntó con sospecha ante la aceptación del venado a ayudarle.
—Nada, verás, aparte de que ya poseo tú alma, el destruir a uno de los Vees me vendría bastante bien.Especialmente ahora, después de 7 años, ¡tengo que mostrarle a Vox que todavía tengo mi toque! —expuso con firmeza y diversión— así que este será un favor entre amigos. —añadió con calma.
Husk lo miró con sospecha antes de suspirar, aliviado de no tener que perder más de lo que había perdido en un principio.
—Gracias, Alastor. —hesitó levemente al agradecerle al demonio radio.
—No es nada, amigo mío. —esbozó una sonrisa con diversión e intriga por las consecuencias de liberar a Angel.
Aquí está el capítulo 6, ¡se viene lo bueno!. Espero les haya gustado este capítulo, parece que ya no van a ser 10 capítulos en total, ya que antes hacía los capítulos súper cortos, por eso al final fueron 10 capítulos, de todas formas veré si consigo sacar 10 capítulos.
