Angel Dust, un demonio que trabaja para Valentino.
Husk, un gato amargado y alcoholico.
Ambos se conocerán a fondo y terminaran siendo algo inesperado...
En la noche de ese mismo día, se encontraba Husk frente al espejo de su cuarto, contemplando si ir o no ir al show de Angel. Tenía puesta una gabardina, esperando no ser reconocido por nadie, en especial Angel.
—¿Pero qué estoy haciendo? —se preguntó a sí mismo frente al espejo, suspirando pesadamente antes de salir del hotel, dispuesto a ver el show de Angel.
Cuando llegó al lugar, se sentó en un punto medio entre la tarima y el bar del lugar. Pidió un trago y esperó a que el show comenzara.
Todas las luces se apagaron, el show iba a comenzar. En la tarima se encendieron unas luces que formaban una telaraña, en medio estaba Angel, agarrado a un tubo.
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Los ojos de Husk se iluminaron con sorpresa e incluso admiración al ver cómo bailaba Angel con tanta seguridad y experiencia. Estaba tan perplejo que no se había percatado del leve calor en sus mejillas, un sonrojo carmesí se había hecho presente en sus cachetes. Cuando Husk por fin pudo salir de su trance, se percató de la letra que cantaba Angel, su voz podía sonar normal o incluso coqueta, pero escondía un profundo dolor.
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Mi cuerpo siempre estuvo en venta
Y cada amante solo es otro del montón
Cada noche, un nuevo amor, oh, baby
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Debí saber qué ocurriría, cuando miré tus ojos por primera vez
Cuantas mentiras te aguanté
Oh, baby
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Lo peor de todo es que se qué me la busqué
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Tu veneno es letal, un arma mortal y me lo trago todo Cada día quiero más, me hace mal, ya no hay vuelta atrás Cada noche, acabo con mi propia vida Oh, oh, oh, oh
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Al escuchar con detenimiento las palabras que cantaba Angel, no pudo evitar sentir una inmensa tristeza al darse cuenta de lo mucho que sufría Angel, y de lo cruel que Valentino era. Tenía que ayudarlo, tenía que sacarlo de ese pozo sin fondo en el que Valentino lo estaba obligando a entrar. Pudo ver como el humo rojo de Valentino lo hacía cambiar, se veía algo mareado o incluso más sumiso, bailando con más fervor, como si estuviera en un trance.
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Letal, me voy a ahogar, no hay forma de que llene mi vaso vacío
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Es letal, no lo aguanto más
No hay nada en mi vida que tenga sentido
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Con esas últimas palabras, el show terminó, dejando a Husk con un mal sabor de boca mientras regresaba al hotel. En el camerino de la estrella porno, Angel fumaba un poco mientras descansaba del show. Valentino entró y le dió la paga habitual.
—No pienses que eres especial al ver tanta gente en tu show, recuerda, no eres nada sin mí. —dijo firmemente mientras le daba el pago usual.
—Pero bailé bien, ¿o no? —preguntó incrédulo, no entendía cómo podía tratarlo como tan poca cosa después de traerle tanta riqueza.
—Cariño, es lo mínimo que debes hacer, además, no eres especial para nadie, no creas que por bailar en un tubo serás alguien importante, solo eres una puta, una pequeña perra inútil, que al menos me hace ganar dinero. —dijo sin rechistar— Ahora vete, tu turno ya terminó.
—Si señor...—musitó con melancolía mientras guardaba su dinero y se colocaba la ropa habitual de vuelta para regresar al hotel.
Y hasta aquí llega este capítulo, el capítulo 4 se subirá mañana a la misma hora, espero les guste.
