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—puta madre —susurró jimin, pisando el suelo más suave para que minjeong dejara de escucharla

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—puta madre —susurró jimin, pisando el suelo más suave para que minjeong dejara de escucharla.

aunque ya no importaba, sabía que kim lo había hecho y la estaba esperando en ese salón que casi siempre estaba vacío pues habían construido una nueva sala de música más amplia en el primer piso. de hecho para donde jimin se estaba dirigiendo era algo así como una bodega abandonada con unos pocos teclados viejos y guitarras desafinadas.

cuando llegó al segundo piso se volteó a ambos lados, asegurándose de que no esté algún profesor por el pasillo, y una vez con el mango de la puerta en la mano, dio un suspiro antes de abrir. no sabía qué esperar de minjeong y no descartaba la idea de que la rubia la esté esperando para hacerle alguna broma o algo por el estilo.

—¿qué quieres, kim?

minjeong estaba sentada sobre el antiguo escritorio del profesor, con sus piernas juntas y una mirada que jimin no supo descifrar.

—hola a ti también, yu.

—¿me dirás qué quieres o me largo de aquí?

—cierra la puerta primero —dijo, bajándose de la mesa de madera, aunque sin acercarse al notar los ojos desconfiados de la mayor—. tranquila, bebita, no te haré nada malo —se burló, sonriendo.

jimin rodó los ojos cerrando la puerta de todos modos. no quería admitirlo pero estaba nerviosa, desde que minjeong le mandó por primera vez una foto comprometedora solo habían intercambiado miradas a lo lejos, mas no habían hablado ni siquiera discutido en clases.

—¿me dices a mí bebita? ¿quién es la que mide metro y medio? —le devolvió la sonrisa burlona, ladeando la cabeza.

el rostro de minjeong se pintó de rojo, molesta con ella.

—maldita imbécil —gruñó, dejando atrás sus aires de superioridad.

detestaba que la fastidiaran por su altura.

—¿qué pasa? —se acercó unos pasos con confianza, amando jugar con fuego—. ¿tienes problemas de autoestima con tu altura, oompa loompa?

mala idea usar ese apodo. desde pequeña minjeong ha sido bajita, y antes de volverse reina de la escuela, hubo alguno que otro niño que la llamó oompa loompa.

era estúpido, una broma infantil, pero minjeong lo detestaba.

—¡no tengo ningún problema con mi altura, puto pie grande! —y dio pasos hacia jimin también, dispuesta a golpearle el maldito pecho y hacerse respetar.

jimin no era nadie para humillarla.

cuando sus dedos estaban por aterrizar en el pecho de la mayor, esta fue mas rápida, agarrándole la mano y apretándola con fuerza contra el escritorio de atrás de minjeong.

—no debes alterarte, bonita, son solo bromas —susurró con tono engreído, apretándola más, logrando que kim contuviera la respiración, su frente casi pegada al pecho de yu—. además... —bajó y posó sus labios cerca del oído contrario—, me parece adorable lo pequeña que eres.

buenas tetas  𐙚  winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora