Capítulo 10

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"Los tiempos de calma siempre son el inicio de las grandes eras de guerra y sangre"

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Un tiempo agradable en familia
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-Pov narrador-

La oscuridad de la noche cubría gentilmente a la gran isla en dónde reside el gran dios de la forja Hefesto, mientras que las farolas se encendían para iluminar el camino de los viajeros al igual que dándole una nueva vida a la ciudad, antes la oscuridad símbolo del miedo ante los mortales tras el peligro de lo desconocido ahora era la alegría de conocer y observar los astros tras la seguridad de las luces artificiales

En esta época era impensable que algo de esta magnitud existiera, una ciudad repleta de vida y con una tecnología que los mortales y seres sobrenaturales podrían soñar

Hefesto: Entonces, como les decía las hamburguesas son una de las mejores comidas que existen en Lemos

Aquel dios que logro crear este "gran" reino gracias a su ingenio y artefactos de otro mundo, hablaba tranquilamente con tres diosas, pero mantenía su vista en aquella mortal de cabellos rosados

Atenea: Nose, pero se me hace interesante que tipo de comida es

Artemisa: Nada puede superar la carne de un Jabalí

Tras la duda de la diosa de la sabiduría y del escéptisismo de la diosa de la caza Hefesto sonrió ante esto el les mostraría el sabor de una gran comida. En cambio la diosa de la familia ocultaba una pequeña sonrisa, aunque conocía este lugar durante unas pocas horas en su inmortal vida, le llegó a fascinar y mostrar cosas que no en sus más de diez mil años podría imaginar, esto gracias a un pequeño dios que solo vivió una mota de polvo en su vasta existencia

Hestia: (Hefesto, no importa como lo vea eres un ser increíble)

El dios de la forja se volteo hacia su tía

Hefesto: Que dices tía Hestia, quieres probar una rica hamburguesa

Hestia: Claro, porque no...

El cuarteto de dioses empezaron a caminar en una dirección opuesta a la del gran coliseo, la pequeña sacerdotisa quería decir algo pero no pudo hablar por un gran miedo que empezó a sentir gracias a las presencias de los dioses frente a ella

Medusa: E-es-esperen

Con todo el coraje que pudo reunir pudo articular una palabra, pero dejo de hablar al ver cómo los dioses la voltearon a ver, la pena la comenzó a carcomer mientras y suplicaba entre susurrós que no sea regañada por tal falta de respeto ante los seres divinos, el gran herrero inclino su cabeza en señal de duda por la pequeña mortal

Con todo el coraje que pudo reunir pudo articular una palabra, pero dejo de hablar al ver cómo los dioses la voltearon a ver, la pena la comenzó a carcomer mientras y suplicaba entre susurrós que no sea regañada por tal falta de respeto ante los s...

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