Almas Agrietadas

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Mis lágrimas se volvieron mi pecado,
eran como un susurro a la muerte,
un susurro que era negado,
un susurro que nunca salió de mis labios
pero salió de mi alma por un corazón agrietado,
implorándole que me llevara
y que ojalá allá arriba nadie me esperara
para así obtener por fin mi calma.

Mis lágrimas, esas que aún pesan en mí
y que gracias a ellas ahora las palabras jamás cesan.
Mis lágrimas, aquellas que a la muerte atraían
porque sabía que gracias a ellas ya poco mi alma esperaría,
podría llevarme tranquila y sin remordimientos
a las profundidades de mis propios infiernos...


~C.L~


PALABRAS PERDIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora