Bien sabía el cielo que ni mi dolor yo misma entendía;
eran las lágrimas saladas que en mí tanto retenía las que más daño me hacían.
Todas las veces que callé, que no hablé solo por a mi corazón no tener que ver...
Todas las veces que no era yo quien estaba,
sino el fantasma de mi alma, tanto me acompañaba;
ese que acechaba mis palabras y con la muerte,
en finas capas, las atrapaba.
Hecho trizas, mi corazón se consumió en oscuras cenizas,
de las cuales su procedencia desconocía;
tal vez de un dolor ajeno o de un amor que padecía de desenfreno...~C.L~
ESTÁS LEYENDO
PALABRAS PERDIDAS
PuisiDedicado a aquel ser que me enseñó no solo a creer en la magia, sino también lo que es el amor y el poder que tiene, sin importar qué tan raro o disparejo sea. RECIPIENT: Y.R "Manos crispadas me confinan al exilio. Ayúdame a no pedir ayuda. Me qu...