ARTICULO 5.-

62 10 2
                                    

El aroma a café le recordó por un instante la mañana en la que conoció a Victoria. Le era imposible estar en aquella habitación sin pensar en lo imbécil que había sido con la mujer que ahora admiraba.

Recordaba cuál fue el pensamiento exacto que había tenido al momento de verla. Era una mujer más hermosa, y eso le había hecho prejuzgar su personalidad, su puesto y aptitudes, pero había sido la última vez en cometer aquel error. Desde que había profundizado con ella, no solamente en su profesionalismo, sino también en su persona y su temperamento, Harry se había dado cuenta que la última cualidad que resalta de la mujer era su hermosura, y eso ya era mucho decir.

Solía preferir las rubias. Ese era un pensamiento que había tenido desde muy temprana edad, sin embargo las curvas de la mujer lo habían hecho dar un volantazo y ahora tenía una fascinación por sus ojos pardos y su cabello oscuro. No podía dejar de admirarla, pero una vez más, eso había quedado en un segundo plano, sobre todo luego de la noche de sushi y pies descalzos.

— Abogado —, escucho su voz detrás de su espalda e inmediatamente su nuca la identificó.

Giro y sonrió al encontrarla. Llevaba su cabello atado en una tirante cola y un traje color tinto que le hacía pensar en su sabor. Se veía tan embriagante como una botella de vino.

— Señora, ¿cómo está? ¿café? —, pregunta y entonces ella asiente, sentándose en una de las sillas junto a la mesa redonda que acompaña el pequeño pero bien equipado lugar.

— Puede llamarme Victoria, Styles, no se preocupe —, le dice y entonces Harry sonríe, entregando la taza de café.

Espresso, negro. Una de azúcar.

— ¿Llego bien anoche a casa? —, le pregunta, sentándose frente a ella y entonces se miran.

Él ha dormido poco más de cuatro horas y su rostro no duda en evidenciarlo, sin embargo, la mujer se ve radiante. Su piel es suave como porcelana y sus mejillas tienen el color justo. Sus facciones lucen frescas y sus ojos brillan mientras bebe aquel elixir que parece darle vida.

— Si, a esa hora el tráfico es poco —, le explica y entonces el ambiente, preguntándose qué clase de conductora sería. — ¿Usted?

— Puede tutearme, llámeme Harry —, le dice y entonces ella sonríe, escondiéndose detrás de la taza. — Llegue bien, aunque cansado.

— Trabajo mejor en la noche, prometo liberarlo más temprano la próxima vez —, le dice y entonces Harry se río, asintiendo suavemente a lo que dice.

— También trabajó mejor en la noche, pero cuando estoy cerca de la cama la vuelta se vuelve menos pesada y puedo beber whisky libremente —, le dice y ella ríe suavemente, levantándose mientras toma el maletín que combina perfectamente con su atuendo.

— Si, eso es una ventaja. —, Victoria acomoda la silla donde ha estado sentada.— Lo tendré en cuenta para la próxima vez. Ahora, es hora de comenzar la mañana, abogado.

El asiente y bebe de su café antes de levantarse, tomando la puerta para que ella pase, recibiendo una sonrisa que hace que el resto de su mañana se convierta en una hermosa jornada brillante.

La junta de cada mañana es corta y Victoria repasa cada avance de cada caso. Es tenaz y profesional. Harry la admira mientras camina alrededor de la mesa de abogados, leyendo en voz alta los nuevos casos y los avances. Cada abogado en la sala está en silencio. Todos tienen la vista puesta en ella, algunos con deseo, otros con molestia y otros, al igual que él, con completa admiración.

Cuando la sala se ha vaciado, Victoria llama a su secretaria y deriva una de sus reuniones allí. Tiene un nuevo caso con una empresa y recibirá a varios socios, por lo que debe tener un lugar de trabajo que sea conforme a los nuevos clientes del estudio.

Absolución | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora