ARTICULO 3.-

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Los siguientes días son lo más parecidos a la universidad que Harry puede recordar. Todo el mundo busca la aprobación de Victoria en cada paso que dan en sus investigaciones, en los casos, y mientras ella se encarga de desestimar pruebas y adquirir nuevos ángulos, la gente parece estar despertando de un letargo del que han estado dos largos meses.

Es casi un paralelismo al final de los cursos, cuando todos los estudiantes tienen que ponerse al día y están intentando conseguir algo de aprobación del profesor, o profesora, en este caso. Incluso algunos quieren hacer tareas extras, como llevarle café o conseguirle el almuerzo, pero la profesora, Victoria, en este caso, no se deja llevar por ello.

Victoria los hace trabajar duro y los presiona. Ella es infalible, con absolutamente todos, excepto con Kyler, y eso de alguna manera comienza a picarle a Harry. Es evidente su favoritismo, pero tampoco puede culparla. Él es por lejos el único hombre que no le mira los pechos mientras ella intenta encontrar los alegatos finales y perfectos para cada caso. Eso lo incluye a Harry, el cual no puede dejar de pensar en aquel escote que se esconde en una camisa de seda azul.

Así que si, esa parte también lo trae a la universidad. Porque se siente como un adolescente.

— Lo que intento decir, Abogado, es que si usted va a presentar este caso sin mencionar las anteriores circunstancias al caso, es probable que desestimen las pruebas. Es necesario que las informe desde el comienzo y que también abramos una causa respecto al chantaje que recibieron las anteriores secretarías del despacho, de lo contrario nadie va a tomar en consideración sus declaraciones —, explicaba, brusca, mientras mantenía apoyada ambas manos en las esquinas opuestas del escritorio que ella tenía.

Había estado soñando, últimamente, en inclinarla sobre ese escritorio y...

— Abogado Styles —, ella le llama la atención y el desconcentra su mirada de donde estaba.

— Yo —, él traga saliva e intenta conectar las dos neuronas en funcionamiento que parecen estar intentando maquinar, pero no generan luces, solo chispas. — Si, por supuesto, abogada, tiene razón.

— Se ve un poco distraído el día de hoy, señor Styles, ¿necesita tomarse el día? Tengo mucho trabajo que hacer y si usted no va a estar atento, prefiero que continuemos mañana. No quiero perder mi tiempo —, explica ella, tan tenaz como siempre, y eso parece despertar las neuronas que estaban demasiado ocupadas en calcular el momento exacto de detonación de aquel pequeño botón azul.

— Lo lamento, abogada, solo estaba pensando en los posibles ángulos para afrontarlo —, explica y entonces ella se endereza y cruza sus brazos por debajo de sus pechos.

Ella se ha pintado las uñas de rojo sangre y estas rasgan ligeramente la tela. Harry está intentando no bajar la mirada, así que le mira el rostro, pero incluso es demasiado bonita como para que eso saque la imagen que tiene en su cabeza.

—Bueno, abogado, puede pensar tranquilo en su despacho. —, está echándolo. Claro. El se esta comportando como un idiota y ella tiene cosas que hacer. Además, es demasiado evidente, para ella, que él tiene la mente en otra cosa, aunque no imagina cual, mientras intenta descifrar sus ojos verdes.

— Por supuesto, si —, él se levanta y espera que Kyler lo haga, sin embargo este permanece en la silla y ambos lo miran.

Harry se abrocha el saco de vestir con una mano y entonces acomoda la silla. Victoria lo agradeció mentalmente, porque ella es demasiado perfeccionista y él parece haberlo notado.

— ¿No me acompaña, abogado? —, pregunta el británico y entonces el otro hombre alza los ojos, con cuestión en ellos.

— No, Victoria me ha invitado a almorzar. Te alcanzo luego —, explica y entonces Harry observa a la abogada, su jefa.

Absolución | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora