ARTICULO 6.-

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Cuando el jueves Harry llega a la oficina, todo parece estar en caos. Ha estado trabajando en investigaciones y visitando a los testigos que necesitan volver a dar declaración, debido al nuevo giro que ha tomado la causa con la participación de Victoria en el caso. Por eso, ha estado fuera durante dos días.

Cruza el pasillo principal hacia la oficina de Victoria y mira el reloj en su muñeca. Han pasado 20 minutos desde la hora de ingreso, y normalmente no pasaría nada, pero cuando entra en la sala de juntas, parece que los ojos de Victoria han cambiado a un furioso fuego. Se inyectan en su rostro y parece estar creando un agujero que borra por completo cualquier ánimo de buenos días.

— Lamento el retraso —, murmura, y entonces la mujer lo observa, alzando una de sus cejas.

— Está interrumpiendo una reunión de adultos, Abogado Styles. ¿Desea pasar y dirá que su perro se comió su portafolio? —, ella suena claramente enojada mientras lo observa, cruzada de piernas en aquel sofá presidencial que le sienta perfectamente, con una falda que se ajusta a sus muslos y una camisa que él desea con todo su corazón que soporte sus pechos. De lo contrario, pasaría más vergüenza que un adolescente precoz.

— Sí, Abogada, lo siento —, responde, intentando aliviar el contenido de su mente perturbada.

La mujer continúa con su charla, y es evidente que ha tenido una mala mañana, porque, pese a verse como una diosa en su trono, es agria al hablar y destroza cualquier comentario errante. Pasa caso por caso, evalúa, determina y corrige. Es la mejor abogada que ha tenido el placer de conocer, eso es evidente, pero entiende que la constante necesidad de demostrar su reinado en aquella empresa que ella misma había fundado la llevaba a momentos como este, en los que exhibía su poder y mandato sin ninguna piedad.

No la juzga, en absoluto. Sus compañeros son una basura la mayor parte del tiempo. Juzgan más su actuar, su vestimenta y su sexualidad que su profesionalismo y gran carácter como abogada. Le había costado entenderlo solo unos pocos días luego de su llegada, no porque haya intentado ponerle empeño a ello, sino porque sus compañeros eran una aberrante bolsa de basura que no abrían la boca más que para desacreditarla, una y otra vez, inventando rumores y poniendo en tela de juicio toda su capacidad. Así que no, claro que no la juzga. Con imbéciles así es necesario demostrar quién manda, y honestamente, él había sido un poco imbécil.

Camina hasta el último asiento en la mesa y toma la carpeta con su nombre. Le han asignado dos casos menores. Ha ganado el último, el día anterior, y no es que esperara una tarjeta de felicitaciones, pero al menos esperaba que su regreso a la oficina fuera uno más ameno, más cálido. Sobre todo, cuando hace tan solo unos días había tenido aquella reconfortante y profunda conversación con la mujer que tenía sus palmas apoyadas en la mesa de cristal, mientras daba órdenes sobre el procedimiento a uno de los casos más importantes, el cual estaba a cargo de Walter Schinner, quien parece haber hecho un comentario fuera de lugar, que incendió aquella llama en Victoria, que ahora nadie parecía poder apagar.

— Es evidente que he puesto en usted un caso demasiado grande para su capacidad, por lo cual debo disculparme por haberlo sobreestimado —, Harry la observó, sorprendido, sin embargo, no dice una palabra. Traga saliva y se remueve en su asiento, abriendo su maletín, buscando un bolígrafo listo para tomar las notas que seguramente Victoria tendrá sobre su caso.

Abre los compartimientos y no lo encuentra. Sin embargo, recuerda haberlo guardado, por lo que continúa buscando. Pero es claro que la vida no está ayudando en absoluto, porque aunque busca y busca, parece que ha olvidado algo más que colocar la alarma para presentarse a la sala de juntas a tiempo. Puede escuchar la voz de Victoria, pero sabe que necesitará tomar notas.

— ¿Tengo su atención, Abogado, o debo pedirle una cita con mi secretaria para poder hablar con usted? —, ella parece incluso más filosa de costumbre, y eso comienza a agitar su corazón cuando alza su vista y nota que le está hablando a él. Y lo ha estado ignorando.

Absolución | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora