ARTICULO 1.-

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Abrirse camino en un mundo masculino era difícil, sobre todo cuando habías escalado lo suficiente para ser quien dé las órdenes. De alguna manera creas en ti una armadura resiliente contra el mundo. Dejas de confiar en todos ellos y cambias tu temperamento a uno más frío y calculador. En un hombre estaría bien, claro. La gente te respetaría y diría que eres implacable, respetable.

Todo un hombre de negocios.

¿En una mujer? Bueno, digamos que eso te convierte en una perra.

Dejas de ser una persona de negocios, pensante y determinada, y pasas a ser una perra hormonal a la cual no se la han cogido.

Es bastante interesante cómo un órgano puede cambiar la perspectiva de la gente hacia ti.

Digamos que Victoria se ha cansado de los insultos. Sin embargo, los ha aceptado para sí misma, volviéndolos su propia arma de destrucción. Sí, era una perra; una perra implacable. Pero eso la ha llevado lejos en su carrera y la ha mantenido en la cima en medio de un campo de batalla creado solo para hombres.

Su despacho de abogados en Manhattan es el más grande e importante de la ciudad. Compite razonablemente con firmas elevadas, firmas respetables y con un enorme pene dibujado en lo alto de su letrero.

La odian, pero qué más le da. Es exitosa. Es la víbora que ellos han deseado que sea y ha cambiado su piel tantas veces que ahora es de acero indestructible. Nadie puede pararla, o al menos eso cree ella. Nadie se atreve a hacerlo.

Lo siente cuando sus tacones de diez centímetros hacen temblar a los idiotas que han intentado pisotearla en sus casi interminables años de universidad, pero ahora trabajan para ella. Así que parece que el karma existe después de todo y juega a su favor. Y no es que sea una persona vengativa, sino que es una persona con un fuerte sentido de la justicia. Por eso estudió Derecho, claro. Así que le parece muy importante ajustar la balanza y devolverles un poco de lo que le han dado. Y lo disfruta muchísimo, sobre todo en días como estos, cuando todo el mundo está esperando por ella, luego de unas semanas fuera.

Son las 9 a. m. y necesita un café para comenzar el día, como cada mañana. El café ha sido su compañero fiel y quien ha logrado que realice sus estudios universitarios con una eficiencia impecable.

Aparentemente, su asistente ha renunciado durante sus vacaciones, por lo que debe conseguir una o alguien lo suficientemente eficiente para llevarle el café en la mañana. Aunque, de cualquier manera, no la culpa por renunciar. No es que haya sido la primera, considerando que es una mujer bastante exigente, incluso en la cantidad de azúcar en su café o la temperatura. Por ahora puede hacerlo ella misma; por lo que camina hacia la pequeña sala de descansos en el despacho.

Busca entre los tarros aquel sabor de café que le gusta.

Espresso, negro. Una de azúcar.

Coloca la máquina de café y espera, mientras observa al elegante hombre que está a unos metros de ella. Es magníficamente elegante y sexy. Victoria ha dejado de pensar en hombres en traje como algo sensual, ya que convive con ellos a diario a causa de su carrera. Sin embargo, este es un espécimen diferente, y un hombre que no ha visto jamás allí.

Piensa que quizá es nuevo. Le preguntaría si tuviera un asistente a quien hacerlo, pero parece que él es igual de curioso que ella, porque es quien habla mientras Victoria está buscando el azúcar.

—¿Eres nueva?

Su voz suena tan magnífica como su presencia. Sin embargo, parece desconocer quién es ella, por lo que decide jugar, solo un poco, para saber con qué clase de persona está tratando.

Siempre suele poner a los hombres a prueba. No confía en ellos, pero ¿cómo hacerlo? Ellos siempre están tratando de pisotearla y someterla, incluso luego de saber quién es. Simplemente es molesto y hace que sus barreras estén altas y que actúe a la defensiva, siempre con los puños arriba y una actitud de guerrera.

Absolución | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora