Los monos se peleaban por tener el primer turno para recibir su comida. Sus monerías y ocurrencias me animaban a reír y a apresurarme a entregarles sus raciones. Luego de alimentar a los monos comencé a caminar por el circo hasta llegar a la gran tienda central. Mientras contemplaba el gran escenario recordé la noche anterior. Esas ovaciones, esas risas y ese olor a bosque intenso.
Desde esta mañana he despertados con sensaciones extrañas. Los olores son más intensos que de costumbre al igual que mis emociones. Puedo ver cosas que antes no veía y a una muy larga distancia. Mi apetito es mucho más grande que de costumbre y mi audición es aún más aguda que la de los demás ¿Qué me está ocurriendo?
Cerré mis ojos y me dejé llevar por los sonidos y olores a mí alrededor. Todo era confuso y revolcado. Hasta que un olor a la distancia llamó por completo mi atención. Un olor a bosque muy intenso venia del oeste del bosque. Me disponía a seguir el olor cuando alguien familiar me detuvo.
- Peregrina, han dejado esto para ti. –dijo abuela María entregándome una cajita muy bien parecida-
- ¿Quién ha sido?
- Un joven muy bien presentado.- dijo algo dudosa-
Abrí la pequeña caja y en ella encontré un hermoso peine en forma de lirio de seis pétalos. A su lado había una pequeña nota dirigida a mí.
"Para alguien muy especial en un día muy hermoso y lleno de alegría. Gracias por tu compañía y espero sea de tu agrado."
"Con mucha estima, Herod"
- Al parecer le gustas a un chico muy atributado- dijo abuela María-
- No abuela, es solo un amigo. –dije sonriendo-
- Bueno, si tú lo dices. Tus padres vendrán para el acto de mañana en la noche.- dijo retirándose-
Entré a mi tienda para probarme el peine. Sujeté mi cabello como lo haría para la próxima noche y encajaba perfectamente con el atuendo.
- Vaya, es lo que faltaba para mi atuendo.
Miré fijamente mi reflejo y vi mis ojos esmeraldinos cobrar una mirada intensa y salvaje. Me aparté bruscamente del espejo y cubrí mis ojos.
- Oh por Dios ¿Qué fue eso?- dije asustada-
- Eso mi niña es lo que realmente eres. –dijo abuela María entrando a la tienda-
- ¿Cómo? Pero yo no... -dije confundida-
- Tranquilízate pequeña. Es algo natural en tu familia.
- ¿Cómo? ¿Qué soy? –dije desesperada-
En ese momento abuela María me explicó el porqué de mis cambios repentinos. Mis sentidos, mis emociones y mi reflejo. Alguien nuevo estaba por nacer. Ese alguien sería la razón de todos mis cambios desde ahora en adelante. Porque pronto seré lo que dicen ser la princesa licana.
- Tus padres te enseñarán todo lo que debes saber para controlar tus instintos. Así que probablemente mañana será tu última actuación en el circo. –dijo Baltazar entrando a la tienda-
- ¿Qué?- dije sin creer lo que decía-
- Es lo mejor para ti.- dijo abuela María-
- Pero... mis amigos, abuela, Baltazar. Yo no quiero irme.- dije estallando en llanto-
- Lo sabemos pequeña. Pero ahora debes entrenarte y convertirte en alguien responsable de sus habilidades.- dijo Baltazar abrazándome- Pero esto no será un adiós. Es un hasta luego y nunca olvides que nuestras puertas estarán siempre abiertas para ti.
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Peregrina
Hombres Lobo8 de junio de 1813 Residencia Bermúdez. Paris, Francia. Querido K. Del Bosque: Han pasado muchos años desde que no estas con nosotros. Te doy las gracias por aceptar el deber de manejar los viñeros de mi difunto padre ya que el trabajo a...