Jimin tiene dos años de relación con JungKook, a simple vista todos creerían que la relación sigue estable como los primeros meses pero esa pantalla no se lo cree YoonGi quien ha estado con Jimin desde hace seis años como su mejor amigo y ha sido te...
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—Llevas rato mirando a Jimin —susurró SeokJin cerca del oído de YoonGi provocando que se sobresaltara del susto.
— Me asustaste —YoonGi lo miró enojado.
SeokJin podía ser el supervisor de la sucursal pero trataba a todos por igual, con su sonrisa y su ánimo peculiar hacía del ambiente de trabajo uno más familiar y por esta razón SeokJin solo se limitó a reirse de la reacción y el susurro de su amigo, YoonGi.
—Sabes que puedo acusarte por acoso laboral, ¿verdad? —preguntó divertido, SeokJin, causando irritación en YoonGi.
—No lo harías —lo desafío YoonGi mientras volvía a su labor.
—No pero Jimin sí y hablando de él, ¿por qué lo mirabas tanto? —preguntó curioso.
—Mira la hora —señaló con su vista al reloj en la pared, SeokJin le hizo caso y miró la hora—. En diez minutos cerramos
—Así es, como siempre, a la media noche, pero ¿eso qué tiene que ver? —preguntó confundido volviéndolo a mirar.
—Jimin lleva media hora viendo su celular y creo saber porqué es
— ¿Ese novio que siempre dice que va a venir a verlo y no viene? —indagó SeokJin obteniendo un asentimiento como respuesta—. Ni siquiera lo conozco y ya me cae mal
—Yo sí lo conozco, por desgracia —susurró esto último esperando que SeokJin no lo escuchara.
—Deja los platos y ve a decirle a Jimin que tú lo llevarás, porque eso es lo que quieres hacer desde hace rato, ¿no? —comentó divertido al ver el fuerte sonrojo en las mejillas de YoonGi—. Lo sabía, ve —lo empujó hacia la parte de adelante donde estaban las cajas registradoras.
Cuando YoonGi salió vio de nuevo a Jimin observando su celular con una mueca de disgusto, soltó un suspiró, empuñó sus manos y se acercó con sumo cuidado a Jimin.
— ¿Sucedió algo? —preguntó tranquilo como si los nervios no lo estuvieran atacando.
Jimin se estremeció y casi suelta su celular.
—¡YoonGi! Me asustaste —se quejó formando un puchero en sus labios.
—Lo siento, Minnie —YoonGi le dedicó una mirada inocente con una sonrisa tierna en sus labios para que Jimin no se molestara, él sabía que eso iba a funcionar—. Pero es que te veo muy inquieto y quería saber
—Ay hyung... no sucede nada —trató de tranquilizarlo.
—¿Seguro? —volvió a insistir.
—Por supuesto Yoonie, ahora mejor ayúdame que debemos cerrar —agarró la mano de YoonGi y lo arrastró hacia el cuarto de limpieza para sacar todo lo que necesitaban.
Sacaron todo lo necesario para la limpieza del local dispuestos a limpiar las mesas y el piso.
—¿Hoy ustedes dos se van a encargar de la limpieza? —quiso saber SeokJin mientras los miraba inquisitivo, hace poco Jimin estaba cabizbajo, y ahora tenía una tierna y divertida sonrisa en sus labios, eso significaba que Jimin se divertía y su estado de ánimo mejoraba cuando hacía las cosas junto a YoonGi. SeokJin los iba a dejar viendo como ambos asintieron en respuesta—. Perfecto, entonces Hyuk y yo nos dedicaremos al cierre del local y la caja.
—Sí jefe —respondieron al unísono provocando la risa de SeokJin.
Y así se dispusieron a realizar las actividades programadas después del cierre del local, ambos chicos limpiaban divertidos su sitio entre empujones y sonrisas traviesas disfrutando del momento juntos olvidándose de todo lo malo que haya pasado en el día y lo cansado que estuvieran.
—Terminé —anunció cansado Jimin mientras se tiraba en uno de los sillones del local.
—Yo hubiera terminado si tan solo un pequeño travieso no me hubiera vuelto a ensuciar el piso —comentó YoonGi, lejos de estar molesto estaba divertido y fascinado por la sonrisa de Jimin, por lo menos había logrado cambiar el humor de su mejor amigo.
—Como digas, Yoonie, iré por mis cosas —le avisó a YoonGi cuando se dirigió a la parte de atrás donde estaban los lockers.
Cuando Jimin desapareció de su vista, YoonGi recogió las cosas que utilizó para guardarlas en su lugar, pero fue interceptado por SeokJin.
—Oye YoonGi, ¿puedes venir un momento?
—Por supuesto —se acercó a su jefe—. Si es algo de la caja de una vez te digo que yo ni la toqué —aclaró con las manos alzadas.
— En realidad te llamaba para darte un consejo
— Un...¿un consejo? —preguntó dubitativo.
SeokJin asintió.
— Aunque no me digas me he dado cuenta que gustas de Jimin y no, no trates de negarlo porque he visto cómo lo tratas a él y a todos aquí —argumentó—. Así que por más que Jimin tenga novio se ve que él no es feliz —hizo una pausa y se acercó un poco más a YoonGi para susurrarle—. Pero contigo lo es, así que ve por todo tigre aprovecha esos momentos y demuéstrale a Jimin que cuando uno está enamorado no se debe sentir ni solo ni desplazado, dale el lugar que se merece, ¿de acuerdo?
— Sabes Jin...eres la segunda persona que me lo dice
— Entonces ya puedes confirmar que lo que te decimos es verdad y es lo que debes hacer, por la felicidad de ambos
— Lo pensaré
—No tardes —YoonGi asintió—. Por cierto deja eso ahí y ve por tus cosas si quieres llevar a Jimin a su casa
YoonGi le dedicó una mirada extraña al no entender lo que quiso decir su amigo, se supone que Jimin fue a dejar sus cosas no se iría sin despedirse o ¿si?, SeokJin le hizo una seña hacia el gran ventanal del local y vio a Jimin parado con el celular en su oreja.
«¿Será que si viene Jeon?» —pensó.
— Jin nos vemos luego y disculpa por no guardar las cosas —se disculpó y salió corriendo desacelerando su andar cuando estuvo cerca de Jimin.
—¿Lo llevo bello príncipe? —hizo una reverencia y extendió su mano.
Jimin lo miró risueño y negó por la ocurrencia de YoonGi.
— Acepto —y posó su pequeña mano en la mano del contrario para dejarse guiar al carro.
Caminaron en silencio hacia el estacionamiento donde se encontraba el auto negro de YoonGi.
— Su carruaje lo espera —anunció mientras le abría la puerta como en la tarde.
Sin apartar la risa Jimin y sin soltar la mano de YoonGi, ingresó en el auto con cuidado debido a que estaba cansado por el trabajo de hoy, una vez dentro, YoonGi cerró la puerta y con entusiasmo se dirigió al otro lado.
— A veces me pregunto porque trabajas si tus padres te pueden apoyar económicamente —lo cuestionó Jimin cuando entró al carro.
— Porque no quiero depender siempre de ellos Minnie —respondió sin importancia.
— Aún así aceptaste el carro —indicó divertido.
— Culpable —encendió el carro—. pero sabes que fue por necesidad y porque no me dejaron decir que no —le guiñó un ojo.
Y así divertidos y relajados salieron del estacionamiento con destino a la casa Jimin.