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Violeta se giró inmediatamente en los brazos de la pelinegra, con una mirada de incredulidad y asombro grabada en su rostro. Miró fijamente a los ojos de Chiara, notando cómo le devolvían la mirada con cariño, y una pequeña sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios.
—¿Lo dices en serio? —susurró Violeta.
Chiara asintió y su sonrisa se amplió.
—Dilo otra vez... —Violeta presionó, moviéndose más cerca de la ojiverde, sus manos se apretaron en la parte delantera de la camisa de dormir de Chiara.—¿Por favor?
Chiara se acercó más y la punta de su nariz rozó la de Violeta.
—Yo, Chiara Oliver Williams, estoy enamorada de ti, Violeta Isabel Hódar Feixas.
Violeta dejó escapar un suspiro que no sabía que estaba conteniendo y cerró la brecha entre sus labios. La pelirroja pudo sentir que Chiara sonreía dentro del beso y sintió que su fuerte brazo la acercaba.
—Me quieres... —Violeta susurró entre besos.
—Te amo. —susurró Chiara.
Permanecieron así durante unos instantes. Apretando suavemente sus labios, acercándose lentamente hasta que no hubo espacio entre ellas. Violeta se apartó ligeramente, rozando sus labios con los de la inglesa.
La reportera soltó un pequeño grito cuando su espalda fue empujada repentinamente hacia el colchón. Los ojos verdes se cruzaron con los marrones, rebosantes de lágrimas no derramadas.
La mano de Violeta, que aún se aferraba a la tela de la camisa de Chiara, se acercó a la nuca de la pelinegra.
Sonrió mientras tiraba de la ojiverde para darle un dulce beso. Fue lento y suave, sin necesidad de precipitarse. Fue perfecto. El lento deslizamiento de los labios presionando juntos antes de separarse con un golpe apenas audible. Chiara se sumergió para dar ligeros besos en las mejillas y la mandíbula de Violeta, lo que hizo que la pelirroja soltara una leve risita. El cuerpo de la inglesa se acomodó encima de la pelirroja, con todo su peso descansando cómodamente sobre ella. Al oír el ruido de felicidad de Violeta, Chiara se movió más abajo, besando de arriba abajo el cuello que se exhibía bajo ella.
El aire de la habitación cambió, los besos de Chiara, que habían empezado suaves y lentos, se volvieron más atrevidos, más pesados. Los alegres sonidos que emitía Violeta se convirtieron en pequeños jadeos y el fuego en las venas que apenas empezaba a arder volvió a cobrar vida rápidamente. Chiara presionó aún más a la reportera, sus caderas empujando las de Violeta mientras se acomodaba entre sus muslos. Inconscientemente, la pelirroja rodeó con sus piernas la estrecha cintura de la ojiverde, lo que llevó a esta a agarrar el muslo que la mantenía en su sitio, subiendo lentamente la mano por su suave piel.
Un pequeño gemido brotó de la garganta de Violeta, pequeños relámpagos de calor que rebotaban rápidamente de la mano de Chiara a su centro, ahora totalmente reavivado. Chiara escuchó el sonido e inmediatamente capturó los labios de la otra chica en un beso caliente y húmedo.
—¿No se suponía que íbamos a parar? —Violeta gimió dentro del beso.
Chiara no respondió, sino que empezó a girar ligeramente sus caderas hacia Violeta, tragándose el sucio gemido que salió de sus labios.
—Jesús, joder, Kiki... —jadeó la pelirroja, apretando más la parte posterior de su cabeza contra la almohada.
Chiara vio su oportunidad y atacó, centrándose en la única peca en el centro del cuello de Violeta, y chupó en el lugar sin dudarlo. Esta soltó un siseo de satisfacción y las manos rodearon la cabeza de la inglesa, manteniéndola en su sitio. En el fondo de la mente de la reportera sonaban pequeñas campanas de alarma que le decían que fuera más despacio, pero la sensación de los dientes y la lengua de Chiara recorriendo su cuello, tenía su mente gloriosamente en blanco.
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¿Me crees ahora? | kivi
Fanfiction-¿En qué puedo ayudarte, Salma? La morena sonrió tímidamente, agachando ligeramente la cabeza y metiendo las manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones. -Bien, iré al grano -dijo la de Mijas con una sonrisa-. Te quiero de vuelta. Los ojos d...