El Despertar de Celeste

Capítulo 20: 17 de agosto

Me desperté por culpa de la poca luz que me daba en la cara debido a que las persianas estaban un poco levantadas. Cuando me giré encontré la cara de Matt cerca de mi rostro

- ¿Qué hora es?

-Buenos días Cele. Son las diez de la mañana. Steve, Bera y tus hermanos deben estar abajo desayunando

- ¿A qué hora se levantaron ellos?

-Si te soy sincero, no tengo ni la menor idea porque cuando me desperté, ellos ya no estaban

Me di cuenta de que Matt solo llevaba unos pantalones cortos y que llevaba el torso desnudo, dando a ver su musculoso torso. Por alguna extraña sensación me quedé mirando su torso más de lo debido

- ¿Te gusta lo que ves? –Matt me levanto la barbilla para que lo mirara

- ¿Ehh?

-Me gusta que me mires con esos ojitos castaños brillantes, aunque me da la sensación de que estos últimos días, pero sobre todo ayer, tus ojitos ya no brillaban. Es como si tu mirada fuera triste. Has estado un poco apagada estos días. ¿Te pasa algo?

-A mi...claro que no. Estoy perfectamente bien

- ¿Segura Cele? Sabes que, si no es así, puedes...

- ¿Por qué vas así vestido? –cambié de tema directamente

Él se miró a él mismo antes de empezar a reírse

- ¿Qué tiene de malo? –su sonrisa se ensanchó

-No nada, solo que...mmm...-mis mejillas se tiñeron de rojo y el me cogió otra vez de la barbilla para que lo mirara

- ¿Solo que...?

Me quité de su agarre y le di un manotazo

-No tiene nada de malo, ¿vale?

- ¿Cele?

- ¿Si?

-Quédate muy quieta, ¿vale? Quiero intentar una cosa

- ¿Qué cosa?

-Tu solo cierra los ojos

Mi corazón empezó a latir tan fuerte que pensé que se me saldría del pecho en algún momento. Cerré los ojos y esperé. De pronto sentí un cosquilleo recorrerme las costillas, pero no era este tipo de cosquilleo. No era el tipo de cosquilleo de cuando te gusta alguien, sino más bien era el cosquilleo de cosquillas

¿Cosquillas?

Si conciencia, cosquillas

¿Cosquillas?

Abrí los ojos de golpe y encontré a Matt con las manos en la masa. Tenía las manos preparadas para las cosquillas

-Matt, no. Ni se te ocurra

Matt empezó a hacerme cosquillas. Recorrió mis costillas con sus dedos haciendo que un cosquilleo me recorriera todo el cuerpo

-Matt, para ahora. Eres un pesado

No debí llamarlo pesado, porque el aumentó el ritmo de las cosquillas. Me reí como nunca me había reído. Con una mano me siguió haciendo cosquillas en las costillas y con la otra me aguantó las manos para que no me moviera

-No, Matt. De verdad para

- ¿Por qué no te gustan? Si quieres te puedo hacer otro tipo de cosquillas

-No es por eso, es porque no me encuentro bien

La frase se quedó flotando en el aire. Yo estaba tumbada en la cama y Matt estaba con las rodillas al lado mío, mientras me sujetaba las manos. Me soltó las manos y se separó de mí