Acto 1: Llegada Inesperada

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Esta historia transcurre luego del final de Halo 3.

Error: no se puede determinar la hora

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Ubicación, desconocida, tiempo desconocido.

El jefe maestro, John 117 y el inquisidor, Thel 'Vadam han triunfado en su misión. El Covenant finalmente cayó, el flood fue destruido por el disparo de un nuevo Halo creado en la instalación 00, el arca, y el UNSC y las Espadas De Sanghelios por fin encontrarán la paz. Ambos escaparon de la poderosa energía del anillo, a bordo de la fragata UNSC Forward Unto Dawn. Al intentar ingresar por el portal que conecta el Arca a la Tierra se cierra, partiendo la nave en dos. La mitad con el inquisidor consigue llegar a la Tierra, mientras que la mitad con el jefe maestro y Cortana queda flotando en el oscuro vacío del espacio.

Sin embargo, algo inesperado ocurrió con Thel 'Vadam, algo que no debió haber pasado.

Inconsciente, se hallaba el. Su cuerpo se encontraba desplomado en alguna especie de plano fuera de la realidad, carente de toda ley de la física, carente de tiempo, carente de luz. Sus reptilianos ojos comenzaron a abrirse poco a poco, pero no podía mover el resto de sus articulaciones. Su visión era borrosa, su armadura sagrada le pesaba, aunque sus escamosas manos ya empezaban a responder órdenes.

Con algo de dificultad, apoyo sus manos en el suelo de aquel frío vacío, sus brazos estaban algo débiles, pero consiguió Levantar su pecho, y pasado un minuto, el resto de su cuerpo.

El estaba sorprendido al ver el lugar en donde se encontraba, pero decidió ocultarlo bajo su semblante serio y preparado para lo peor.

-Impresionante trabajo, señor Vadam...-

Una voz, cargada con tono seco pero calmado, se hizo presente a sus espaldas. Rápidamente el Sangheili activo su espada de energía y la apunto directo al cuello de la entidad, mirándolo fijamente, carente de emoción.

Un humano, o lo que parecía serlo, un hombre de apariencia inquietante, alto con rostro pálido y delgado, ojos azules entrecerrados, cabello oscuro peinado hacia atrás, viste un traje azul con corbata morada y camisa blanca, con una postura recta y movimientos controlados, además de llevar un maletín gris en su mano derecha.

El humano le lanzó una sonrisa y mirada perspicaz, pero también, algo siniestra, al inquisidor, quien todavía mantenía su compostura, aún con la espada en mano.

-no querrás hacer eso, ¿O si?.- Dijo el hombre de traje. Sin embargo, el Sangheili no dijo nada y lanzó un corte rápido y preciso a la yugular del extraño, para su sorpresa, la hoja ardiente de la espada paso de largo al tener contacto con su pálida piel, como si no hubiera nada en aquel sitio.

Esta vez, su impresión se hizo palpable en su rostro, pero decidió dejarlo de lado y dio una serie de golpes consecutivos a diferentes partes del cuerpo del humano, atravesándolo inofensivamente, y el extraño dijo.

-sus capacidades son ciertamente impresionantes, inquisidor, quizás mis jefes puedan considerar una vacante, exclusiva para usted-. Las palabras salían de su boca mientras caminaba en un círculo entorno al elite, en ese plano apartado de la realidad.

-sin embargo, tendrá que demostrar su valía, y si lo hace, mis jefes estarán más que dispuestos a comunicarse con su persona, recuerde mis palabras.- Dijo. -No nos llame, nosotros lo llamamos.-

El elite igualmente camino, siguiendo el círculo junto al hombre.

-¿Quién eres tu? ¿Qué eres?- Pregunto, impaciente por escuchar la respuesta.

En Busca De la Redención (Halo X Half Life 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora