Tres.

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                        Plática.

                           (...)

Maratón: 2/5.

El clima estaba frío, la corriente del aire chocaba contra las ventanas y formaba un sonido que le ponía los pelos de punta.

Y aun si todo pintaba de esa forma, el latido de su corazón no dejaba de elevarse al mismo tiempo que la manija de su reloj avanzaba.

Tenía demasiadas emociones juntas, amor, tristeza, confusión y sobre todo esperanza. Todo a su alrededor se había pintado de ilusión desde que regresó del colegio de su hijo.

Lloró tantas noches, su corazón sufría y quemaba a cada segundo, rogó y peleó con la vida para tener otra realidad, nada había funcionado, pero ahora, todo se veía tan diferente.

El amor de su vida estaba vivo. Min Yoongi se había vuelto a estrellar en su camino, como un sueño hecho realidad, uno del que no estaba dispuesto a despertar, porque ya había llorado suficiente, y su corazón y alma estaban gritando por esperanza y él la tomaría, se aferraría a ella para que toda su vida volviera a lo que algún día fue.

—Papi, ¿él regresó? Ayer no fue un sueño.

SooBin estaba igual de confundido y afectado que él, ayer que regresaron del colegio no pudo explicarlo porque ni él mismo lo entendía, solo podía asegurarle que Yoongi estaba vivo y dispuesto a hablar con ellos para aclarar todas las trabas que el destino les había puesto en su camino.

—No fue un sueño mi amor. —Jimin lo paró sobre su cama para colocarle el abrigo. —Sé qué hay muchas dudas en tu cabecita bebé, te aseguro que estoy igual que tú, por eso hoy iremos a ver a...

—¿A papá?

Jimin sonrió, de verdad lo hizo, sus ojos recuperando ese brillo que solía tener antes de que toda la tragedia sucediera.

—A papá, bebé. —asintió. —¿Estás listo?

SooBin tomó con fuerza la mano de su padre y afirmó.

Estaba listo para ver a su papá Yoongi de nuevo.

Jimin también lo estaba, ansioso por resolver todos los asuntos que le carcomían la cabeza, ansioso por unir a su familia otra vez.

Sus amigos habían estado muy temprano en su casa, al igual que él, no podían creerlo, incluso se ofrecieron a acompañarlo, pero Jimin sabía que tenía que hacer esto junto a SooBin, o de lo contrario se volvería loco.

Toda la noche anterior no pudo dormir, imaginando lo que sería de ese encuentro, ese momento donde volvería a ver a Yoongi y pudiera decirle lo mucho que lo extrañó, lo mucho que lo amaba y lo mucho que añoraba volver con él.

Ni siquiera sabía que sentir primero, pero lo que sí sabía era que Yoongi estaba vivo y eso fue lo que deseó con todas sus fuerzas desde que recibió esa noticia que le desgarró el alma.

Cuando llegó a la cafetería, encontró a Yoongi afuera, jugando con la goma de sus llaves, sonrió de inmediato, eso solía hacer cuando lo esperaba a fuera de su salón de clases en la universidad.

—Oh, están aquí...

—¡Papá! —SooBin se alborotó.

La cafetería estaba cerca de la casa del peligris, por lo que optó por sacar el pequeño carro de su hijo e ir caminando.

—Hola.—le sonrió al menor.

Una sensación extraña se instalaba en su sistema cada que SooBin lo llamaba así, no era desagradable y mucho menos incómoda, simplemente diferente a todo lo que una vez sintió. Por alguna razón le gustaba escuchar esa pequeña voz llamarlo con tanta ilusión.

Endless love. | Yoonmin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora