Dos.

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                          Papá.

                           (...)

Maratón: 1/5

SooBin entró a su primer día escolar
con el entusiasmo elevado. Sus tíos y su padre lo habían animado para tomar con buena cara esta nueva etapa, él quería intentarlo, quería tener amigos.

Y al parecer lo había logrado, porque
cuando ingresó a su salón de clases un
niño de cabello castaño alborotado se
había acercado a hablarle.

Al par de niños solo les bastaron cuatro horas para convertirse en amigos, sabían lo suficiente de ellos para llamarse así.

—Entonces tu papá está en las
estrellas...

—Si, esta la noche le hablaré de ti, le
diré que tengo amigo.—Sonrió.

Jeon Yeonjun lo entendía, cuando le
dijo que su padre estaba en el cielo,
le ofreció su mano y le sonrió, no lo
llamó raro ni mucho menos trató de
burlarse de él por buscar a su papá en
las estrellas.

—Bien, no olvides decirle que soy
muy guapo, porque lo soy.—se sobó la
barbilla.

SooBin rio.

—Está bien, yo le diré. —asintió.

—De acuerdo, porque mi papi siempre dice que soy muy bonito, no tanto como él, pero que algo saqué suyo.

SooBin volvió a reír, su amigo
parlanchín era muy gracioso también.

—¿Cómo se llama tu papá?

—Taehyung.—sonrisa.—El más guapo del mundo.—contó como si estuviera dando el dato más importante de la existencia, y tal vez lo era.—Es el director.

—Guau.

—Lo sé, es sorprendente, por eso
te pedí que me acompañaras a la
dirección, quiero pedirle dinero para
la máquina. —señaló la máquina
expendedora. Si tengo suerte me
dará dos billetes y compraré algo para
ti también.

—De acuerdo.

YeonJun le ofreció su mano y SooBin la tomó.

Juntos caminaron hasta la dirección. Lo que SooBin no sabía era que en cuanto sus pies pisaran esa sala, su vida entera cambiaría en segundos.

Cuando ingresaron, YeonJun soltó su
mano para correr a los brazos de un
hombre alto y corpulento.

—¡Tío, tío Yoon!

SooBin se quedó estático, sus ojos
comenzaron a llenarse de lágrimas y su corazón se aceleró.

A ese hombre lo conocía, ese que
abrazaba a su nuevo amigo con una
sonrisa era el mismo que lo arropaba
y contaba historias de dinosaurios
antes de dormir, ese hombre era Min Yoongi, su padre.

El llanto salió, el grito lastimó su
garganta, porque Dios, las estrellas,
la luna y todos los astros lo habían
escuchado y su padre estaba de nuevo
en la tierra.

El hombre se separó de YeonJun y
observó al niño pelinegro que lloraba
mientras daba pasos lentos hacia él.

—Soo..

—Hey, amiguito... ¿Estás bien?—
preguntó con delicadeza.

Taehyung apareció en la sala y observó a su alumno con confusión, ese niño derramaba lágrimas como si estuviera viendo un milagro.

SooBin solo podía verlo a él, cuando
nadie se lo esperó, corrió con todas
las fuerzas que juntó, corrió hacia los
brazos del hombre que, sin saber por
qué, lo recibió enseguida.

Endless love. | Yoonmin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora