Capitulo 3

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Después de haber disfrutado de los alimentos proporcionados por su anfitrión esquelético, las bellas y esbeltas mujeres regresaron a la sala cinematográfica para continuar con la historia que en poco tiempo había captado su atención mutua.

Una vez todas estuvieron presentes, se acomodaron en sus respectivos lugares. Sin embargo, cierta chica morena, enrojecida de vergüenza, se cubría el rostro.

Ni siquiera durante la comida, Maia dejó de enviarle burlas referentes a cierto servant de piel bronceada.

"Jejejeje~" Maia reía casi sin disimulo, un polvo rosa cubriendo sus mejillas por el alcohol que había estado bebiendo. "Ya~ solo estoy jugando~ no... hip, tienes que estar apenada... Hip."

Claudia, cansada de la situación, le quitó la botella. "Ya fue suficiente, ebria sin remedio."

Maia se quejó: "Muoh~ devuélvemela~ todavía no... hip, la termino~" Intentó recuperarla, pero la mujer castaña solo la retenía con su mano libre. "No, ya fue suficiente vergüenza por hoy, debes aprender a controlarte."

"Hmp... ¿Quién te crees? ¿Mi... hip, madre?"

"Si yo fuera tu madre, no solo sentiría vergüenza, también decepción."

"Mierda~ hip, incluso suenas como ella..."

Era una escena un tanto peculiar, pero con las experiencias vividas hasta el momento, era lo más normal que podía haber ocurrido.

Después de unos minutos de espera para que Gaster apareciera, una marca de irritación apareció en la frente de Ruu Ruu.

"¡¿Cuánto tiempo piensa hacernos esperar?!" exclamó, exaltando a las personas a su alrededor. "¡Ya ni siquiera sé cuánto tiempo llevamos aquí sin hacer nada!" Gritó, tomándose del pelo con molestia.

Prim, queriendo aclarar la duda de la mujer de menor estatura, respondió: "Llevamos 15 minutos." Llamando la atención del resto.

"¿Cómo sabes eso?" Le cuestionó su prima, Alicia, mirándola con curiosidad y duda.

Prim señaló la pared donde efectivamente había un reloj. "Del reloj que hay ahí."

"¿Enserio eso...?" Alicia señaló el dispositivo. "¿Dice la hora?" Cuestionó, a lo que Prim asintió, explicando: "Le pregunté a Gaster-san al respecto y él amablemente me explicó cómo funciona y cómo se lee."

Esa última parte despertó la curiosidad de la Halfling, quien de un momento a otro había abandonado su asiento y se posicionó al lado de la princesa de cabellera rosada. "Sigue, te escucho." Con libreta en mano, Ruu Ruu dejó de lado su mal humor, reemplazado por la curiosidad y el hambre de conocimiento sobre tales aparatos.

Prim, igualmente amable, le contó lo que le habían explicado a la chica pelinaranja, quien anotaba todo.

Nadie dijo nada al respecto; era mejor que se entretuviera con algo en lugar de estar gritando.
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Tiempo más tarde, Gaster finalmente llegó.

"¡Llegaste muy tarde!" Sorprendentemente, quien le alzó la voz fue la calmada y seria Claudia, quien rápidamente se cubrió la boca con las manos y se disculpó por su ofensa.

Gaster, con una leve sonrisa, respondió: "Me sorprendió, pero no tengo nada que reprocharles. Sin embargo, tengo una duda para ustedes."

Celestine cuestionó de vuelta: "¿Cuál sería esa duda?"

Gaster respondió: "¿Por qué no empezaron a leer, si el libro está frente a ustedes?"

Momentos después de procesar lo que dijo, de forma rápida y sincronizada, todas sin excepción miraron al frente, encontrándose con la sorpresa de que el libro estaba frente a ellas, posado en una mesa.

Kuroinu leyendo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora