1. Más que una broma

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Trató de no dormir distrayéndose con la vista del cálido atardecer mientras cabeceaba y bostezaba. Estaba agotado por el entrenamiento de voleibol de esa tarde; sus ojos no podían permanecer abiertos por mucho más tiempo.

Volviendo a cabecear por un instante, Hinata sintió algo suave y cálido. Sin darse cuenta, su cuerpo se dejó llevar por el sueño, cayendo profundamente dormido. Cuando finalmente despertó, abrió los ojos con dificultad y se percató de que había estado durmiendo sobre el hombro de Tsukishima. Despacio y silenciosamente, Hinata se apartó de él, tomando sus cosas sin hacer mucho ruido. Justo cuando estaba por levantarse e irse a sentar en otro lugar, Tsukishima se despertó de golpe, con una expresión de enfado en su rostro.

—Lo... lo lamento, Tsukishima. Yo no quería... —comenzó a disculparse Hinata, asustado y sin comprender que, en realidad, la causa del enfado de Tsukishima se debía a otra cosa.

—¿Por qué te quitaste? —dijo Tsukishima, abriendo los ojos con sorpresa ante tal declaración.

—¿Eh?

—Cállate y vuelve a dormir —respondió Tsukishima, soltándolo y poniéndose en la misma posición, esta vez cruzándose de brazos y esperando—. ¿Qué esperas, renacuajo?

Hinata arrugó el ceño y sonrió ladino, acomodándose sobre el hombro de Tsukishima y abrazándolo—. No pensé que te gustara tanto, Tsukishima —canturreó con una voz melosa fingida.

Esperó por unos segundos una respuesta recriminatoria, pero no ocurrió. Se apartó con rapidez y miró al susodicho, quien le sostenía la mirada. Después de unos segundos, Tsukishima sonrió ampliamente y Hinata, dejándose caer nuevamente en su hombro, cerró los ojos para descansar.

—Vaya, y pensé que eras idiota —dijo Tsukishima.

—¿¡Espera, qué!? —gritó Hinata exaltado, abriendo aún más los ojos.

—Eres tan lento.

—¿¡Te gusto!? —exclamó confundido. Por su mente pasaron muchos sentimientos y pensamientos confusos tratando de explicar lo que Tsukishima sentía hacia él. No encontraba ninguna razón por la cual le podría gustar a Tsukishima, ya que pensaba que en vez de amarlo, más bien lo odiaba.

—Y ruidoso, cállate —lo miró Tsukishima por el rabillo del ojo con el ceño fruncido.

—¿Oye, esa es tu forma de amarme? Deberías ser más dulce y, además —sacudió a Tsukishima para que se levantara—, somos los únicos en el vagón.

—Estás colmándome la paciencia —sostuvo Tsukishima el puente de su nariz, masajeándolo en repetidas ocasiones.

—Sabía que estabas jugando conmigo. Después de todo, no puedo tomarte en serio cuando dices que te gusto. Admito que por poco lo creí... —no pudo continuar cuando de pronto y sin previo aviso fue jalado sintiendo unos labios sobre los suyos. Poco a poco se acostumbró a estos, siguiéndole el ritmo torpemente. Al separarse, volvió a respirar, esta vez pesadamente, tratando de recuperar su aliento.

—¿Ahora me crees?

—En realidad, aún me quedan dudas... —dijo divertido y volvió a ser besado repentinamente—. Oye, oye, solo estaba bromeando —sonrió apartando suavemente a Tsukishima.

—Lo sé —miró dudoso al pelirrojo—, pero lo quería hacer antes de que te enfadaras conmigo.

—¿Ah? ¿Por qué lo dices?

—Porque acabamos de pasar tu estación.




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¡Hola! Muchos de ustedes ya conocerán este fanfic. Es un fanfic viejito, lo escribí hace 5 años, pero incluso entonces sentí que mi escritura no era tan buena. Y ahora me he tomado tiempo para reescribirlo, no se preocupen por un cambio abrupto de la historia, no hay ninguna modificación respecto a eso. La historia sigue siendo la misma. Espero que aún les siga gustando. Y si me sigues hace tiempo, perdón por siempre hacer una reversión. Realmente creo que soy una persona poco conformista, y que de inmediato necesito mejorarlo ya sea 1 a 5 veces. ¡Muchas gracias a todos por su paciencia y seguir leyendo estos desastrosos fanfic!

» 𝗧𝗿𝗮𝗶𝗻 ©;; Tsukihina ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora