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Recientemente terminaste tu relación con Miles, ¿la razón? Se besó con tu roomie, una chica pelirroja que no conocías mucho. No era culpa de ella, claro que no, ella no sabía nada de su romance mientras que tu novio, ex novio, sí, y eso no lo detuvo.
Te habían advertido, todos tus amigos te dijeron que era un mal chico, que no te convenía y que te rompería el corazón, odiabas admitir que tuvieron razón todo el tiempo, por eso los evitaste durante toda la semana, hoy era domingo.
Ni siquiera habías podido estudiar para tus exámenes, ya que ignorar las llamadas de Miles y la creciente tensión entre tu roomie y tú te desconcentraba bastante.
Así que ahora estabas en un café, sola, leyendo estúpidos libros de cálculo. Esa no era la manera en la que querías pasar tu último día de descanso, pero era momento de enfocarte en ti y en tu futuro académico.
Suspiraste, aburrida. Todo estaba en completo silencio, hasta que la campana que indicaba que alguien acababa de entrar sonó. Te giraste para ver si era otro oficinista amargado, y en cambio te encontraste con cierto moreno.
“Ugh”
Devolviste tu vista al libro y rezaste para que él no se hubiera dado cuenta de tu presencia.
Claramente te divisó entre los pocos clientes que tenía la cafetería y se sentó a tu lado.
“Hey”
Saludó como siempre lo hacía.
Qué patán, pensaste. ¿Simplemente decía 'hey' después de serte infiel? No responderías a su mediocre saludo.
“Ah, ya veo. Estás enojada”
Murmuró con burla.
“¿Tú crees?”
Preguntaste con ironía.
“Ya, sólo olvídalo...”
Dijo vagamente, evadiendo tu mirada.
“Vete a la mierda”
Te levantaste, tomaste tus cosas y saliste del establecimiento.
“¿A dónde vas, amor?”
Salió detrás tuyo, para luego ponerse en medio de tu camino y así evitar que siguieras avanzando.
