capítulo dos.

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Después de quedar estupefacto con aquella notificación de llamadas pérdidas, corrió a la habitación a vestirse nuevamente con prisa.

— ¿Baek llamó?

La voz somnolienta del luchador lo distrajo de sus propios líos mentales. Lo miró por un segundo, encontrándose con su mirada llena de reproche. Esa mirada en Jaekyung era cómo un dedo acusatorio apuntándote fijamente, y eso lo hizo sentir mal. No le quedó otra opción que ser honesto, estaba atrapado.

— Era él. — escupió rápidamente, cerrando los ojos a la par. Quizás estaba preparándose para la tormenta que se avecinaba.

Jaekyung sonrió. Lo sabía.

— Baek Nakyum. Él es lindo, ya entiendo por qué el viejo quiere enlazarte con él. Un bonito omega de sangre noble para un Enigma de la altura de Yoon Se—

— ¡Basta!

Joo se quedó callado, pero sorprendido. Si bien Seungho se caracterizaba por ser un líder, cuya personalidad se basa en ordenar y conocer, ser correcto y saber mandar a sus inferiores, de ambos era más esperado que él fuera el que pegara algún grito, no el futuro alcalde. Eso lo asustó.

Por otro lado, Seungho apretaba con fuerza el puente de su nariz. Estaba estresado, cansado... Estaba acabado.

— Éste tema ha sido repetido miles de veces, incluyendo las discusiones que lo desbordan. No entiendo qué ganas con lastimarte así, Jaekyung.

— ¿Disculpa? — Joo lo soltó cómo veneno, carcajeandose después de cuestionar. — ¿De verdad hablas de...

— Sabes que a pesar de cualquier cosa, estoy aquí. Y conoces a Baek, me sorprende que pienses eso de él.

Después de aquellas últimas palabras dichas, la conversación cesó. Ambos lo supieron cuándo nadie quiso agregar nada después de cinco minutos.

Seungho volvió s su objetivo: terminar de vestirse, tomar sus cosas y salir de ahí. Justo cuándo estaba terminando, dando los últimos toques al arreglo de su corbata, fue cuándo escuchó al contrario hablar.

— Mi rut es en algunos días.

Seungho sonrió y se deshizo de la idea de colocarse su abrigo, tuvo una mejor idea y lo frotó en su pecho varias veces, impregnando su aroma en él. Posterior a ello, lo colocó cuidadosamente en la mesita de aquella habitación. Le dedicó una fugaz sonrisa a su chico.

— Es solo por... — apretó los labios, siendo cuidadoso con sus palabras.— por si se adelanta. O por si lo necesitas, cariño.

— Seungho.

— Dime.

— Ojalá... Yo... Te quiero, solo eso.

El de ojos ámbar tenía una mueca en los labios. Sabía perfectamente lo qué él quiso decirle, pero decidió guardarselo y salió de la habitación, así cómo de la casa, con rumbo a su peor pesadilla.

Su peor pesadilla. Su padre. Su madre. Baek Nakyum.








Por el momento los capítulos serán cortitos dado a mis diferentes ocupaciones, pero prometo que a medida que avance la historia, durarán más.

EN EL FILO. ( Seungho & Jaekyung )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora