Los gemidos y gruñidos de ambos hombres comenzaron a esparcirse por toda la habitación, al igual que sus aromas.
Joo chupó la lengua de su mayor con provocación, teniendo las manos dentro del pantalón impropio acariciando su entrepierna que dolía al estar erecta, sin cortar ni un momento el contacto visual.
Pero Seungho se separó abruptamente, lo que lo hizo gruñir.— Mierda, sé lo que quieres hacer, Joo. — Seungho estaba acalorado, con unas pequeñas gotas de sudor cayendo por su frente. Estaba enloqueciendo.
Al ver ésto, su contrario lo atrajo de los costados del cuello de su camisa y lamió sus labios cómo un sinvergüenza.
— ¿Ah sí? ¿Y que es lo que tratóode hacer? — se separó cómo Seungho lo había hecho hacía unos momentos, recargandose cerca de una mesa, cruzando ambos brazos y mirándolo con una ceja levantada.
— ¿Desde cuándo te volviste tan descarado? Ugh. — acomodó su camisa y volvió a colocar su corbata como normalmente lo hacía, dándole un gesto de desaprobación fingida al luchador. — Es tu gimnasio, no podemos hacerlo aquí, además... Tengo algo muy importante que decirte, no puede esperar, por favor Jaekyung...
— Cállate. Vamos a tu auto.
Seungho abrió la boca para rechistar, pero antes de que pudiera hacerlo el más bajo ya lo había jalado fuera de su salón privado de entrenamientos. Atravesaron ambos el pasillo del ring y el de ojos miel le dedicó una sonrisa a los atletas, en especial a Yoongu, Josep y al fisioterapeuta Dan, aunque éste último fue con pena. Aún estaba avergonzado de todas las veces en que ese pequeño castaño vió las marcas que dejaba en el cuerpo de Joo, no quería ni saber lo incómodo que se sintió.
Continuaron el trayecto hasta el auto de Seungho, un Maseratti espectacular. Fue en ese momento en que el pelinegro lo soltó y se subió al asiento del copiloto, así que lo imitó y se subió también, encendiendo el auto, saliendo del estacionamiento y comenzando a andar.
— ¿Quieres ir a mi penthouse? ¿Al tuyo? — preguntó el mayor después de un silencio incómodo, ajustando el retrovisor para estar pendiente tanto al camino en frente, cómo a la respuesta de su amado y su mirada. A la vez que estaba nervioso, quería encontrar el momento para decirle.
Quería decirle lo del compromiso cuánto antes.
Fue en ese momento en que el luchador despegó la mirada de su ventana, susurró un suave "no" y revisó su bolsillo, cómo si buscara algo. Su pareja se sorprendió un poco ante la repentina acción pero no le tomó demasiada importancia, quizás buscaba sus llaves.
— Podemos hacerlo desde ya, ¿O acaso no te gusta la adrenalina, mi amor?
Seungho perdió ligeramente el control del volante, negando con firmeza ante sus palabras.
Y estaba a punto de decirle las mil y una razones por las que no era bueno tener sexo, dar o recibir un oral, o cualquier cosa que se le ocurriera a Joo hacer, justo en esos momentos. Iba a reprocharle por todos los accidentes viales y las consecuencias que podían provocar, pero su vista se distrajo al ver aquello.Era pequeño, azul... Y vibrante.
¿Era un vibrador?Oh sí, lo era. Lo sabía por la cara de diversión que Joo tenía.
— No, Jaekyung, ni te atrevas, jamás.
— Oh vamos, solo será poquito, lo prometo... — pestañeó coquetamente con burla, cómo un mal intento de convencerlo. Intento al que Seungho no cedió.
Al contrario, habló firmemente.
— Que no, Jaekyung. Sé paciente.
El nombrado volteó los ojos y gruñó, cerrando su puño y envolviendo aquel juguetito, aceptando parcialmente la negativa de su pareja.
— ¿Por qué no vamos a tu pueblito?
Seungho le miró con los ojos entrecerrados, totalmente ofendido.
— No lo llames "pueblito". Suena un poco a burla.
— Quizás lo es.
— ¿Y por qué te burlas de él?
— Porqué tendrán a un idiota cómo gobernador.
El luchador recibió un codazo por parte del mayor, a lo que se quejó y le volteó la cara en el trayecto. O al menos hasta que observó que tomaban la ruta del bosque, lo que significaba que si irian al pueblo dónde Seungho iba a ser asignado para gobernar. Celebró internamente y poco a poco soltó su agarre en la mano derecha, revelando de nuevo el vibrador.
Se acercó cautelosamente hasta su pareja, inhalando aquel aroma tan delicioso que portaba, inundando su nariz en él. Su diestra se posó sobre el pecho de Yoon, recibiendo una mirada de confusión de éste, pero no le importó. Descendió desde aquel lugar, por todo el abdomen marcado a través de la tela de la camisa, hasta terminar en el bulto en su pantalón. Sonrió victorioso cuándo sintió al enigma tensarse.
— Joo... — el mayor tiró ligeramente la cabeza hacia atrás, arqueando la espalda y presionando con fuerza el volante. Agradecía mucho que no estuvieran en carretera o ya habrían tenido un accidente.
El pequeño camino del bosque era mucho menos transitado, así que no debían preocuparse.
— Sólo un poco... — le susurró en el oído el alfa, acortando la distancia entre ambos cuerpos. Aprovechó la cercanía para comenzar a depositar besos húmedos en el cuello de su hombre; también dejó unos cuántos chupetones.
Sus falanges pasaban descaradas por aquel bulto, palpando y apretándolo a su antojo, hasta que decidió aventurarse y adentró aquella mano en los pantalones ajenos.
Rápidamente tomó la hombría de Seungho y comenzó a deslizar sus dedos en ésta utilizando cómo lubricante el presemen acumulado en la punta. Le arrancó un gemido ronco y se regocijó.Aunque se regocijó más cuándo notó que Seungho estaba estacionando el suto. Iba a obtener lo que quería.
Hola a todos, gracias por votar y comentar en ésta historia, muamua. Por cierto, hice un tiktok de Jae y Seun.
Está en @qattzier en tt.
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EN EL FILO. ( Seungho & Jaekyung )
FanfictionDos hombres cuyo principio fue sin intenciones de doblegarse el uno al otro, pero que al punto máximo dónde el calor se hizo presente, se entregaron sin importar nada más. Ahora se añoran con el alma, pero eso provoca que una serie de mentiras se de...