Capítulo 3: La Tienda de Discos

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El sonido del timbre al abrir la puerta de la tienda de discos anunció la llegada de Elena y Jake. El lugar tenía un aire nostálgico, con estanterías llenas de vinilos y carteles de bandas de los ochenta en las paredes. Margaret White, la dueña de la tienda, estaba detrás del mostrador, limpiando meticulosamente un disco.

—Margaret, necesitamos tu ayuda —dijo Elena, acercándose al mostrador con Jake a su lado.

Margaret levantó la vista y observó a los jóvenes con una mirada curiosa.

—Claro, Elena. ¿Qué sucede?

—Se trata de Emily, la prima de Jake —respondió Elena, sacando la foto y el artículo del periódico—. Desapareció hace diez años, y creemos que alguien en el pueblo sabe más de lo que ha dicho.

Margaret tomó la foto y el artículo, y sus ojos se suavizaron con tristeza al leerlos.

—Recuerdo a Emily —dijo en voz baja—. Era una chica encantadora. Su desaparición fue un golpe duro para todos nosotros.

Jake se adelantó, con una expresión de determinación en su rostro.

—Necesito saber qué le pasó a mi prima, Margaret. Cualquier cosa que puedas decirnos, por pequeña que sea, podría ayudar.

Margaret suspiró y dejó el disco a un lado. Se apoyó en el mostrador, como si estuviera sopesando cuánto revelar.

—Hay muchas historias en este pueblo, algunas de ellas mejor dejarlas en el pasado —dijo finalmente—. Pero si están decididos a seguir adelante, les contaré lo que sé.

Elena y Jake intercambiaron una mirada de determinación antes de asentir.

—Emily era muy popular en el pueblo —comenzó Margaret—. Tenía muchos amigos, pero también algunos enemigos. Había un grupo de jóvenes que se reunía en el sótano del ayuntamiento, un club secreto. Nadie sabía exactamente qué hacían allí, pero se rumoreaba que no era nada bueno.

Elena sintió un escalofrío recorrer su espalda. La idea de un club secreto en un lugar tan pequeño como Creekwood era inquietante.

—¿Sabes quiénes eran parte de ese club? —preguntó.

Margaret asintió lentamente.

—Algunos de ellos aún viven aquí. Otros se han ido. Pero el líder del grupo era alguien influyente, alguien que podía hacer desaparecer cualquier evidencia si así lo deseaba.

Jake apretó los puños, frustrado.

—¿Quién era ese líder?

Margaret dudó por un momento antes de responder.

—El sheriff Daniels. Siempre fue muy respetado en el pueblo, pero había rumores sobre su involucramiento en actividades sospechosas. Emily empezó a investigar y poco después desapareció.

Elena y Jake intercambiaron miradas de incredulidad. La revelación de Margaret arrojaba una sombra siniestra sobre el respetado sheriff del pueblo.

—Necesitamos pruebas —dijo Jake—. Algo que podamos usar para confrontar al sheriff y descubrir la verdad.

Margaret asintió, pareciendo entender la urgencia en los ojos de Jake.

—Hay un lugar donde podrían encontrar respuestas. El sótano del ayuntamiento ha estado cerrado desde la desaparición de Emily, pero algunas personas dicen que aún hay cosas allí que podrían ser útiles.

Elena sintió una mezcla de miedo y emoción. La idea de entrar en el sótano del ayuntamiento era aterradora, pero también podría ser la clave para resolver el misterio de Emily.

El misterio de Creekwood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora