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La tarde caía con una lluvia intensa que golpeaba implacablemente contra las ventanas de la escuela. Lando, con el ceño fruncido y los puños apretados, empujó a George bruscamente contra uno de los casilleros.
George, sorprendido por el repentino estallido de violencia, forcejeaba en un intento desesperado por liberarse del agarre de Lando. Los casilleros resonaban con cada impacto, mientras Oscar soltaba gritos de angustia, tratando de interponerse entre los dos.
━━━ ¡Lan, por favor, detente! ━━━ Gritaba Oscar, su voz elevándose por encima del estruendo de la lluvia que golpeaba contra las ventanas. Lance, se acercó rápidamente, intentando separar a Lando de George. ━━━ ¡El profe va a llegar en unos minutos! Necesitas calmarte ya. ━━━ Insistió, con voz firme.
Desde la puerta del salón, Lewis observaba la escena con una incomodidad palpable. Su mirada se desviaba entre Lando, Oscar y George.
En un rincón del salón, Charles, nervioso y ansioso por naturaleza, jugueteaba compulsivamente con su uniforme, ajustándolo repetidamente sin encontrar consuelo en ese gesto. Sus ojos se movían de Lando a George y de vuelta.
El sonido distante de los timbres de la institución se filtró por encima del bullicio. La lluvia seguía cayendo afuera.
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La mansión de Lewis se iluminaba con luces parpadeantes y coloridas. La fiesta sorpresa para Checo estaba en pleno apogeo. Desde la entrada, Checo recibía a cada invitado con una sonrisa plena. Max, abrazándolo por la cintura y dejando besos juguetones en su cuello mientras le deseaba un feliz cumpleaños entre risas. Checo se reía, disfrutando del cariño y la atención, sintiéndose verdaderamente especial en ese momento.
