Cap #.11: Festival de Citas; Parte 5.

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La habitación estaba desierta cuando arribaron, y aun con el alcohol en el cuerpo, Gladio frunció el ceño, espetando:

-¿Dónde diantres se habrán metido estos dos?

Ignis se quedó mirando la estancia. Pudo sentir la brisa rozando su rostro al entrar por la ventana, y vio un destello a lo lejos. Alzó las cejas, pero no comentó nada. No podía estar seguro de lo que le había parecido ver.

Gladio entró en la sala, mirando más intensamente, esperando que, quizá, salieran de detrás de las camas. Pero no ocurrió, en lugar de eso, su pie chocó con un peluche de chocobo. El hombre lo miró algo turbado, agachándose para recogerlo del suelo. Se giró a Ignis, mostrándoselo.

Los ojos del consejero parecieron brillar un poco, pero fue tan rápido que Gladio creyó haberlo imaginado, con lo cual no comentó nada.

-¿Y esto?

-Entiendo que lo habrán ganado en la tómbola.

El rostro de Gladio puso un rictus. ¿Un peluche...? Luego de parecer que le iba a reventar la mente por los cálculos mentales del porqué pareció caer en algo.

-¡Claro! Ya entiendo.

Ignis se acercó para tomarlo de su mano, comprobando su tacto suave. Era de buena calidad. Le miró de refilón, preguntando.

-¿Qué entiendes?

Gladio compuso una sonrisa socarrona.

-¡Lo de la novia estaba bastante encaminado! ¿Por qué sino iba a tener un peluche?

Ignis parpadeó por aquella contestación, algo turbado.

-¿Quién?

-¡Prompto! Esta más que claro. Pero este chico, que descuidado, mira que dejarse el regalo que va a dar aquí tirado... -Negó con la cabeza, chistando. Se lo cogió a Ignis de las manos. Su cara se le iluminó, algo picara, algo mezquina. -Habrá que enseñarle como se trata a una dama, ¿no crees?

El consejero puso los ojos en blanco.

Se compadecía de Prompto.

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