Buscando el chingado libro hijoesuputamadre

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Steve se apartó inmediatamente, tenía la cara sonrojada al igual que yo, ese había sido mi primer beso ¿Cómo es posible que un cabrón de este porte me diera mi primer beso?
No lo sé, pero ojalá y este día ya no vaya a peor. Observé a Steve, él seguía sonrojado, lo más probable es que yo también, pero más que sonrojado ahora esto se tornó incómodo.
Miré a Steve, ninguno dijo palabra alguna por un largo rato.
Él sólo salió de la habitación y quedé yo solo en ella, ahora parece ser que no voy a esperar llevarme bien con mi compañero de cuarto. Pero eso no es lo importante, porque eso no es por lo que vine aquí, lo importante ahora es encontrar el libro. Además a ver quién pide cambiarse de cuarto primero, será divertido molestarlo para olvidar mi trágica vida controlada por el Redam.
Así que supongo que me tocará dar el tour solito, pero está bien, es mejor así. Sali del cuarto en busca de la biblioteca si es que había una porque supongo que el libro estará ahí por lógica, pues explore y explore y nada. Mejor pregunto luego o quizás busque otra pista en otro sueño, además no tengo la certeza de que ese libro me ayudará, y mientras buscaba me encontré al señor que me abrió la puerta, pero lucía raro, sus movimientos parecían los de un zombie.
—Vaya, vaya. Así que nos volvemos a encontrar aquí, fue fácil encontrarte Óscar.
¿Quién diablos es él? No lo sé pero de algo estoy seguro
—No eres el señor que me abrió la puerta ¿Quién eres?
— Veo que puedes notarlo, este señor acaba de morir y solo poseí su cuerpo.
¿No me recuerdas después de insultarme?
—Estoy en shock ahora mismo ¡¿Cómo qué acaba de morir?!
—Siendo exactos hace siete minutos.
—¡¿Por qué?!
—No lo sé niño, no soy doctor, sólo soy un alma en pena, pero no creo que pueda mantenerme por mucho tiempo en este cuerpo, mira te ayudaré a buscar eso que quieres , no hay fantasma mas indicado que yo para esto, conozco este orfanato como la palma de mi mano.
—Bueno, pero ¿Qué quieres a cambio?
—A cambio quiero que me ayudes a cerrar un asunto que tengo con Cuca.
—Bien, pero ¿Cómo?
—Quiero que le prestes por un momento tu habilidad.
—Está bien, pero no tengo garantía de que pueda. ¿Aún así aceptas ayudarme?
—Si, de todas maneras ahora eres todo lo que tengo para comunicarme con ella.
—Muy bien, entonces con gusto aceptaré tu ayuda. Por cierto¿De dónde me conoces?
—Soy al que le dijiste puto orita
—Aaahh ya me acordé. Perdón por eso, se me salió.
—No hay pedo, yo también debí de haber disimulado poquito y no reírme, pero no sabía que me podías ver. Así que es tu culpa.
—Ajá
—Entonces ¿Qué es lo que buscas?
—Un libro.
— No pues wow, que específico.
—Eso es todo lo que pude saber ¿Sabes? Yo también quisiera ser más específico
— Al menos sabes de qué trata o algo
—Mmm... Pues supongo que será esoterico o algo así.
—Conozco un libro muy raro, que se lo llevaron cuando bendicieron el orfanato.
—¿Sabes a dónde se lo llevaron?
—Si, está en las oficinas de la iglesia.
—Supongo que tendremos que ir para allá, pero ¿cómo nos infiltramos?
—No te preocupes, yo sé varias formas de hacerlo. Te veo en la noche aquí mismo.
— Está bien, pero tengo curiosidad. ¿Por qué se llevaron el libro?
—No lo sé, pero desde que se lo llevaron dejaron de pasar cosas extrañas. Mira antes de que se fueran con el libro éste orfanato era famoso porque pasaban cosas paranormales, de hecho a mi me llegaron a pasar varias, me cerraban las puertas, me apagaban las luces y a veces me llamaban por mi nombre y no había nadie.
—Supongo que ese libro atrae malas vibras, ¿Crees que sigan pasando cosas si me lo quedo conmigo?
—Ya lo sabremos cuando lo traigamos. Por ahora me voy, ya no puedo seguir más en este cuerpo.
— Espera, no me dijiste cómo te llamas.
— Me llamo Victor.
Entonces el alma de Víctor salió del cuerpo del señor y éste cayó al piso.
Yo le toque el hombro, para ver si de pura suerte seguía vivo, pero él no reaccionó. Llamé a Cuca y le dije sobre el cuerpo del señor en el pasillo, ella me dijo que se encargaría de esto y que no me preocupara. Al poco tiempo en el patio se encontraba su ataúd rodeado de varias velas y una foto de él. Al igual que en el velorio de la loquita, pude divisar a lo lejos una figura similar al señor, por no decir que lo más probable es que era él, dando su último recorrido por el orfanato.
Llegó la noche, el ambiente del orfanato se sentía pesado, fui al mismo lugar en el que estaba hablando con Víctor y espere tan sólo unos segundos y un personaje atravesó la pared, era Victor, aquel fantasma que parecía un puberto, de pelo castaño, un corte ochentero y ropas de la misma época.
—Hola, Victor ¿Estás listo?
— ¿Cuándo no?
— Pues vámonos.
Nos dirigimos hacia la iglesia y nos colamos por un pequeño hueco en las rejas, ya habíamos entrado en el terreno, ahora sólo faltaba meternos a las oficinas.
—¿Y bien? ¿Ahora como nos metemos?
— Hay una ventana por la que cabes. Sígueme.
Yo lo seguí y me dirigió a una pequeña ventana por donde me adentré a las oficinas. Ya estando ahí Victor me llevó a la parte donde estaba en libro. Era una habitación con páginas de la biblia pegadas en las paredes y muchos rosarios alrededor y, en el centro ahí estaba, el libro que estaba buscando. No tenía título, sólo era un libro grande forrado con cuero color café, se veía muy desgastado, el paso de los años le habia dado un toque muy rústico. Me acerqué al libro para tomarlo y apenas lo toqué escalofríos recorrieron todo mi cuerpo, me dió algo de miedo, pero no podía detenerme ahora, pensé en mi abuelita y que quizás en este libro esté la manera de salvarla de las manos del Redam.
Ya con el libro en mano busqué miré a Víctor dándole la señal de que ya nos podíamos ir. Salimos sigilosamente de las oficinas y regresamos al orfanato.
Estando en el orfanato le pregunté a Victor.
—Y bien ¿Cómo quieres que te ayude?
—Bueno... Quiero que hagas que Cuca me vea.
—Esta bien lo intentaré. Pero lo haremos mañana, ella ya debe estar durmiendo y mientras yo trataré de averiguar cómo hacerlo.
— Está bien. Te veo mañana.
—Buenas noches.
Me fui directo a mi habitación y me encontré a Steve el cuál me estaba mirando fijamente.
—¿Qué haces llegando tan tarde?¿Acaso no sabes que hay toque de queda?
—Que te importa. Ya duérmete.
El refunfuño y se acostó enojado.
— Que obediente
— Cállate si no quieres tener problemas.
— Cómo digas.
El ya no dijo nada y se durmió, mientras tanto yo me dediqué a ojear un poco el libro. No tenía índice y el autor era anónimo. Pero tenía un símbolo un tanto extraño en la primera hoja. No le di tanta importancia hasta que comenzó a brillar y me hizo quedar inconsciente.
Otra vez comencé a soñar, pero todo era oscuro no había nada.
— Si tienes este libro correrás peligro, niño. Es mejor que lo dejes donde estaba antes de que te pase algo. En primer lugar no iba dirigido a ti, sino a otra persona capaz de poder controlar su energía. Tu no eres ella.
— ¿Te refieres a Elisa?
—¿Cómo sabes su nombre?
— Lo ví en un sueño.
— Entonces tu por alguna razón estás destinado a cambiar lo escrito.
— No me importa, lo único que necesito es liberar la alma de mi abuela, y haré lo que tenga que hacer para que ella esté bien.
— Veo tu determinación, pero ni siquiera sabes materializar aún. Sin embargo tienes potencial. Tu energía es muy fuerte, pero aún no la sabes controlar. Mmm ¿Qué es lo que veo?
Tu no eres de aquí, no perteneces aquí, vienes de otro lugar desconocido para mí. Entiendo, eso me confirma que has venido a cambiar lo escrito.
—No tengo idea de lo que dices.
— Veamos qué tan lejos llegas pequeño. Estaré esperando ver qué tanto cambias el futuro.
Desperté y era de noche, exactamente las tres de la mañana, pero con ese sueño ahora estaba seguro de que ese es el libro correcto. El libro que me dará respuestas de como derrotar al Redam.

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⏰ Última actualización: Jul 14 ⏰

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Me atropelló la combi y reencarne en una novela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora