Una Lucha

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Con una pequeña patada, Jungkook cerró la puerta de su oficina, siendo de inmediato empujado con fuerza contra ella, aprisionado por una pared firme que no le dejaba espacio para distinguir entre ese cuerpo y el suyo. Jadeo sorprendido, mirando a Namjoon a los ojos, tan oscuros como si pudieran tragarlo.

El hombre estaba haciéndolo perder la cabeza, y la tenía bien puesta después de sus últimas relaciones, eso creía. Pero desde el momento en que le vio hacia arriba desde el escenario escaneando cada parte de él con esos ojos de dragón en los que no le molestaría perderse, usando pantalones tan ajustados como los suyos, marcando esos muslos que moría por morder y marcar. El cabello rubio húmedo que viajaba estilizadamente hacía atrás, quería acariciarle con ternura y tirar de él con fuerza, no se decidía. Ni siquiera sabía como había manejado su respiración cada vez que le hablaba de forma tan sugerente y le miraba tan hambriento como lo hacía pero rogaba a los cielos poder actuar decente y no como un desesperado.

Es que no era cosa cualquiera, Kim Namjoon eclipsaba a todos los hombres que pisaban el lugar y ni todos los adjetivos juntos le servían a Jungkook para explicar con palabras el atractivo de ese hombre, era el encanto que le llamaba como miel a la abeja y esa misteriosa aura que le hacía querer conocer cada rincón de él y Jungkook estaba dispuesto a explorar cada parte de su ser si le dejaba y para su fortuna el rubio le deseaba con la misma intensidad, al menos en el ámbito carnal y eso le bastaba a Jungkook por esa noche.

Desde su outfit hasta su comportamiento ¿quién era? ¿Podía ser un hombre tan serio por la mañana y uno tan desvergonzado por la noche? No importaba, de la forma que fuera le gustaba y no le molestaría conocer más facetas de él pero la que tenía en frente quería explotarla.

Pasado ese segundo eterno en el que se dedicaron a mirarse fijamente como quien mira a su caza del día, volvieron a atacarse los labios con fuerza, tirando sin delicadeza, succionando y mordiéndose los húmedos e hinchados labios del beso que ya habían tenido hace apenas unos minutos. Era brusco y duro, estaban febriles, no había tiempo para hacerlo bonito, querían quemarse uno sobre él otro.

Ambos siendo de personalidades fuertes llevaban a cabo una lucha de poderes. Sus lenguas se enganchaban y desenganchaban sin dar tregua. Una de las manos de Namjoon se hallaba en la pared sobre la cabeza de Jungkook y otra en su cintura, era un poco más alto pero Jungkook no tenía ningún problema. También tiró de su cintura para atraerlo más hacia sí y explorar con sus curiosas manos esa superficie tan fuerte. Con su mano libre busco la nuca del rubio y sujeto con fuerza de su cabello. El rubio suspiró en sus labios y Jungkook sonrió un poco durante el beso.

De repente perdió el calor del rubio y abrió los ojos dispuesto a protestar. Se estaba quitando la chaqueta de cuero, tirando la sin cuidado en algún lugar y desabrocho hasta la mitad de su camisa. Jungkook retuvo la respiración ante ese cuerpo tallado con cincel, él no se opondría a eso.

Se acercó renovado y Jungkook tomo provecho para, en un movimiento rápido, empotrarlo contra la pared también y sujetar ambos manos a los lados de su cuerpo. El rubio gruñó, ese pelinegro tenían incluso más fuerza de la que imagino.

Con rapidez Jungkook se acercó de su pecho desnudo, vio sus pequeños pezones casi con agua en la boca y se lanzó a ellos. Con una lamida fue suficiente para erizar su piel, tan sensible, dio un par más antes de tirar de él con sus labios, delineó el contorno con sus dientes disfrutando de cada reacción del cuerpo del mayor, cada que se tensaba y jadeante intentaba liberar sus manos. Jungkook sonreia con malicia. Succiono con fuerza sacándole por fin en gemido al rubio, uno ronco y gutural.

Estaba ganando.

Namjoon deslizó una de sus piernas entre las del menor y la frotó con dureza sobre la erección creciente en su pantalón negro. Jungkook estaba tan concentrado en esos rosados botones que no se percató y gimio con alivio sobre el pezon del rubio, enviándole vibraciones por todo el cuerpo. La roce tosco entre sus piernas no le dejaba concentrarse, quería más de ese alivio y Namjoon lo notaba y le daba más.

(Im)Perfecto [namkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora