Una Cita

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Honestamente, creyó que Namjoon sacaría un auto tan elegante como él y los conduciría a un restaurante impoluto y de clase alta. No es como que pensara que fuera pretencioso pero si creía que era especialmente selectivo.

Al fin que Jungkook se equivocó, Namjoon empezó a caminar calle abajo con Jungkook a su lado, mirándose de reojo en cada oportunidad, con calma y en silencio, uno cómodo. Era un día algo frío y las nubes ocultaban la puesta de sol, pero los tonos grisáceos no resultaban desagradables, hacían que todo se sintiera más íntimo.

Caminaron un par de calles hasta llegar a un restaurante genuinamente coreano, la decoración era tan clásica y tradicional que se sentía como si sus raíces se asomasen sobre la tierra para hacerlos sentir cómodo.

—Oh... —Suspiró Jungkook sin poder ocultar su grata sorpresa. El mayor le miró con una pequeña sonrisa satisfecha

—¿Te gusta? Es tradicional coreano y lo que más me gusta es que la comida sabe a hogar —Comento el rubio indicandole que se adentrará aunque las puertas ya estaban abiertas.

No parecía muy moderno, era rústico y casi anticuado pero eso era lo que lo dotaba de encanto.

—Es genial —Respondió analizando cada detalle con asombro mientras caminaba adentro

—¡Namjoonie!

Namjoon dirigió su vista a la voz femenina y gastada que llamó a su nombre con emoción, a él también le agradaba verla, era una señora bastante mayor pero le sobraba vida y le gustaba darle amor a todo lo que tuviera a su alcance, sobretodo a su humilde restaurante y Namjoon personalmente le ayudaba con ello, para Namjoon y SeokJin esa señora era una pieza importante en sus vidas. Así que supuso que llevar a Jungkook allí era arriesgado pero no le molestaba arriesgarse un poco.

—Buenas tardes, Señora Han —Saludó el rubio con una profunda reverencia, notando como los ojos de la señora canosa se iluminaron un poco con curiosidad, él nunca había llevado a nadie que no fuera SeokJin o Taehyung

—Y este joven tan guapo es...

Jungkook se sentía un poco perdido, un tanto expuesto y bastante analizado.

—Él es Jungkook —Lo presentó sin dar mayor detalle, eso no era suficiente información para la señora, lo sabía, pero él tampoco sabía como debía llamarle, no era su amigo, ni su amante, conocido sería descortés porque ya metió la lengua en su boca. ¿Cliente? Era peor. Solo era Jungkook de momento, se dirigió hacia él entonces —La Señora Han es la dueña y cocinera del lugar

Jungkook le dedicó una sonrisa suave e hizo una reverencia antes de estrecharle la mano

—Muchos gusto, Señora Han, tiene un lugar muy precioso

—Un placer, muchacho —Respondió risueña, parecía un joven decente pero seguiría bajo su vista hasta que Namjoon le dijera con claridad quien era, debía cuidar de él —Vayan a sentarse, enseguida les llevaré el especial del día. Siéntanse como en casa

Jungkook se despidió ondeando su mano y siguió a Namjoon hasta una de las diminutas mesas del fondo.

—Es muy dulce —Comentó el pelinegro sentándose de piernas cruzadas en un cómodo cojín. Pasó sus manos por sus jeans para quitarse el sudor que llegó de repente, se sentía algo nervioso.

—Tiene el corazón más grande que conozco —Confirmó el rubio sacándose el saco negro

—¿La conoces desde hace mucho?

—Desde que empecé la universidad y venía aquí porque era el lugar más barato. La Señora Han es cómo mi madre y la de mi hermano

—A tu madre no le gustaría escuchar eso —Río el menor tomando la jarra de agua fría que yacía en la mesa para servirse un poco

(Im)Perfecto [namkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora