Capítulo 4

44 8 46
                                    

Los siguientes días pasaron tranquilos, la familia Tomlinson fue a Doncaster a visitar a los abuelos y pasaron ahí una semana completa. Louis no se opuso, le encantaba estar ahí, amaba a su abuela con locura.

Durante su estancia, las mañanas empezaban con el aroma del pan recién horneado por la abuela Eli, quien se levantaba al amanecer para preparar el desayuno. Louis siempre era el primero en bajar las escaleras, ansioso por ayudarla en la cocina y disfrutar de su compañía. Sus padres y hermana solían unirse más tarde, mientras que su abuelo ya estaba trabajando para esa hora.

Ese día era el último que pasaría ahí, ya que al siguiente saldrían muy temprano en la mañana con rumbo a Londres y no quería irse sin antes visitar el nuevo club nocturno que habían inaugurado hacía apenas dos semanas. Por lo que ese día después de cenar con la familia pidió permiso para salir y rápidamente fue a ponerse un poco de ropa más atrevida para salir.

Al verse en el espejo no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas, no le gustaba ni un poco como se veía y no pudo evitar recordar que lo mismo que traía puesto, lo había llevado hacía apenas un par de meses a la fiesta de cumpleaños de su amiga Sabrina. Lo que traía puesto consistía en una falda corta de mezclilla tipo cargo con un croptop negro y un blazer de cuero para cubrirlo del frío, además de unas botas no muy altas del mismo color del top.

Tratando de no darle mucha importancia a aquello se dispuso a hacerse un maquillaje muy sencillo mientras escuchaba sus canciones favoritas, esperando que eso pudiera subirle el ánimo, aunque sea un poco. Al estar listo se miró al espejo sintiéndose un poco mejor debido al maquillaje y se dispuso a despedirse de sus padres y desearle buena noche a sus abuelos, para finalmente caminar hacía la discoteca, la cual estaba a unos 15 minutos caminando de la casa de sus abuelos.

Para su buena suerte, llegar al club no hubo problema en que lo dejaran pasar y en menos de lo que esperaba ya estaba adentro pidiendo un mojito en la barra. Mientras esperaba a que se lo entregaran se le acercó un chico que aparentaba unos pocos años más que él.

— Hola, ¿cómo te llamas? — Louis volteó hacía el sonriendo educadamente

—Soy Jason. Te vi desde que llegaste y me pareciste bonito — coqueteó.

—Oh, gracias, Jason— dijo al tiempo que tomaba de la bebida.

—Me preguntaba si te gustaría...ya sabes, conocernos mejor — en ese momento Louis supo que lo que ese hombre quería era coger con él.

—Mmh, soy menor de edad y aunque no lo fuera no soy alguien a quien le guste cogerse a un desconocido, así que no — respondió un poco inseguro.

—Vaya, ahora te vas a hacer el digno. — dijo soltando una risa burlona — mira mocoso, se que las putas como tu buscan a cualquier hombre para meterse entre sus piernas — lo agarró del mentón y trató de besarlo, pero Louis intentó evadirlo.

—P-por favor suéltame — aunque estuviera en un lugar lleno de gente se sentía demasiado vulnerable.

—Da igual, ni siquiera se me antoja follarme a alguien con ese cuerpo, que asco — le habló al oído antes de irse y perderse entre la multitud.

Entonces lo que suponía ser una noche en la que Louis se divertiría, terminó siendo una noche horrible, en la que todo el camino del club a la casa estuvo llorando, pensando en mil cosas y sintiendo asco por sí mismo. No pudo ni siquiera quedarse un poco más en la discoteca, simplemente salió disparado con ganas de acostarse a llorar hasta el cansancio y dormir hasta que ya no duela más.

Lo peor de todo es que ese día pasó matándose de hambre para en la noche verse por lo menos un poco decente, había comido tan poco que ni siquiera tenía las fuerzas suficientes para caminar más, se sentía cansado y herido de todas las maneras posibles.

Finalmente llegó a casa y subió las escaleras intentando no hacer mucho ruido para no despertar a nadie y que no lo vieran de esa manera, porque juraba que se veía terrible. En cuanto pudo se tiró a la cama, dejando que los pensamientos lo invadieran y no dejaba de preguntarse por qué le había dado tanta importancia a las palabras de un desconocido, llegando a la conclusión de que probablemente es porque no solo se lo ha dicho el, si no su ex novio Oliv.

Louis siempre pensó que Oliv lo decía porque lo amaba y porque quería que estuviera bien en todos los aspectos. Incluso recuerda las últimas veces que lo llevó a cenar, recuerda que Oliv fue el que pidió los platillos, para el un pedazo de carne y para Louis una simple ensalada porque "había que cuidar la línea", así que desde ahí Louis empezó a restringirse y sin darse cuenta entró en un círculo vicioso del que no podía salir.

Y a medida que la noche avanzaba, el ojiazul fue vencido por el cansancio mental que ha estado arrastrando por tanto tiempo, sumergiéndose en un sueño profundo.

.

.

Aquí está el nuevo capítulo!! 

¿Opiniones? 

Begin Again [L.S]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz