Y lloré.
No sentía,
no dolía,
solo quería
que pensaran
que seguía con vida.
¿Quién dijo que hay que estar vivo para no estar muerto?
¿O que hay que estar muerto para no estar vivo?
Errar es de humanos,
y vaya que lo son.
Y me pierdo
en mi propio mundo cuántico,
poseyendo dos estados.
Soy un vivo muerto
y soy un muerto en vida.
¿Debo ser uno?
¿O ambos a la vez?
Porque no sé qué soy,
no sé quién soy.
Dicen que la curiosidad mató al gato,
dicen que el gato murió sabiendo.
Pero, ¿realmente quiero saber?
¿Quiero reconocer
que soy un ser ínfimo,
superfluo,
sumamente baladí?
Un ser flotando en el cosmos,
una estrella a punto de entrar en fase de supernova,
a punto de derrumbarse,
a punto de
co
lap
sar.
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Melancolía Nocturna: Versos de un Corazón Inquieto
Short StoryPensamientos agobiantes de madrugada de un alma deprimida.