Capítulo 4: Confesiones

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Narradora:

Tiago estaba tumbado en la cama de su pieza, boca arriba, asimilando lo que había pasado un día antes. Ahora sentía algo más profundo por su amigo, y creía que Lit también lo sentía. De repente le llega un mensaje al celular y mira quién es, dándose cuenta de que tenía 4 mensajes de Lit.

Después de esa conversación Tiago se levantó de la cama, se dirigió a la puerta, respiró profundo y salió

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Después de esa conversación Tiago se levantó de la cama, se dirigió a la puerta, respiró profundo y salió. Mientras estaba bajando las escaleras, vio a Lit saliendo de la cocina hacia la sala.

Los dos estaba allí, de pie, mirándose re incómodos.

- ¿Nos sentamos?-- preguntó Lit después de un largo silencio.

- Sí, claro-- fue la respuesta de Tiago.

Los dos se sentaron en el sillón.

- Escucháme-- comenzó Lit. - El beso ese en tu pieza...--.

Lit se empezó a poner nervioso, así que Tiago tomó la palabra.

- La verdad... me gustó-- dijo. - Y también me gustás vos--.

Tiago se sonrojó al decir eso y los dos se quedaron mirándose a los ojos.

Narra Lit:

En ese momento no sabía qué responderle. Lo único que se me venía a la mente era...

Narra Tiago:

Nada más decirle eso ya me arrepentía. ¿Y si él no sentía nada por mí? ¿Y si nuestra amistad se rompía después de esta boludez? Todo ese tipo de preguntas cruzaron por mi mente mientras miraba a Lit como un pelotudo. Pasaron unos segundos que se me hicieron eternos, y de repente, Lit me da un beso, pero éste con mucha más pasión que los anteriores.

- Yo estoy re contra enamorado de vos desde aquel beso~~-- dice Lit entre jadeos, sin separar demasiado su boca de la mía.

Estaba en uno de los mejores momentos de mi vida. Sus manos estaban agarrando suavemente mi cintura mientras sus dedos me masajeaban, haciendo que de vez en cuando se me escapara algún que otro jadeo; y mis manos estaban apoyadas en su nuca y parte trasera de su cabeza mientras mis dedos agarraban su cabello. Estábamos los dos re metidos en lo nuestro, cuando de la nada se escucha la puerta principal abriéndose. Nos separamos inmediatamente levantándonos del sillón y nos quedamos callados al ver a Enzo, que se había ido a comprar antes. Los dos estábamos re sonrojados y con tremendas erecciones, pero intentamos disimular.

- Che, ¿qué onda turritos?-- dice el recién llegado, dejando las llaves en una mesita y depositando las bolsas de la compra en el piso de la cocina.

Él comienza a guardar todo lo que compró en los armarios y en la heladera. Un silencio incómodo invadió la casa, pero Enzo terminó sorprendentemente rápido. Al acabar sale de la cocina y nos mira por primera vez en todo el tiempo que transcurrió desde que entró. Se queda observándonos y se da cuenta de que pasó algo. Solo sonríe y se va a su pieza en el piso de arriba. Justo antes de cerrar la puerta dice:

- Se les re nota. Sigan con lo suyo--.

Lit y yo nos miramos y sonreímos.

- Qué linda es tu sonrisa, la puta madre-- dijo mirándome los labios.

Yo me reí, le di un pico y me fui a mi pieza. 

Algo Más Que Amigos || Litiago - TiauroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora