𝙘𝙪𝙖𝙩𝙧𝙤: 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢𝘳𝘴𝘦.

928 99 40
                                    

Su idílico verano se iba agotando, y con el paso de los días, Tae notaba una tristeza palpable en Jungkook

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Su idílico verano se iba agotando, y con el paso de los días, Tae notaba una tristeza palpable en Jungkook. Su usual entusiasmo y coquetería se desvanecían, siendo reemplazados sonrisas apagadas, miradas evasivas y las caricias que antes compartían con naturalidad ahora parecían teñidas de una melancolía que Tae no soportaba ver en los ojos de Jungkook. Sabía que la tristeza de su amante provenía de su inminente separación, pues si bien podrían continuar su relación a distancia, Jungkook no creía que ese tipo de relación funcionara para él.


Una tarde, decidido a no permitir que sus temores crecieran, Tae fue a recoger a Jungkook del trabajo. Lo saludó con un beso que tardó varios minutos, acariciando su cintura de forma amorosa , como si quisiera transmitirle su seguridad y afecto. Se alejó aunque sin dejar de sostener el precioso rostro de su novio, intentando mantener un tono casual que no delatara su entusiasmo.

—Hola, precioso. ¿Tienes un momento?

—Claro, cariño. ¿Pero qué tramas?

—Quiero llevarte a un lugar.


Jungkook sonrió débilmente, sus ojos mostraban confusión y una pizca de esperanza pero aceptó y subió al coche. Condujeron en silencio, la incertidumbre dibujada en el rostro de Jungkook mientras observaba el paisaje pasar por la ventana. Tae no dijo nada, limitándose a tomar una de las manos de novio para dejar suaves caricias.


Detuvieron el auto frente a un edificio al que entraron. Jungkook lo miró, claramente confundido, mientras lo guiaba al piso superior que parecía estar siendo remodelado. Al abrir la puerta, reveló un espacio amplio, con equipos médicos y muebles todavía en cajas.

—¿Qué es esto? —preguntó Jungkook.

—Es mi nuevo consultorio —respondió Tae con una sonrisa, viendo la incredulidad en los ojos de Jungkook y continuando—. Sé que prometimos esperar a que el destino decidiera reunirnos de nuevo, pero no quería dejar las cosas al azar. Desde el principio, vine a Busan con el propósito de mudarme aquí y abrir mi consultorio. Lo hice para buscarte, para volver a conquistar a mi primer amor.


Los ojos de Jungkook se iluminaron de una manera que Tae no había visto en semanas. La tristeza y la distancia se desvanecieron, reemplazadas por una felicidad pura y genuina. Cuando pudo volver a hablar, la voz de su novio temblaba.

—¿Estás seguro? ¿Cuándo decidiste todo esto?

—Desde hace meses. Todo está listo, en unos días llegará el camión de mudanza a la casa que compré y solo necesito terminar de montar el consultorio para hacer la apertura en unas semanas. Y quiero que tú estés aquí conmigo en cada paso del camino.


Jungkook, sin poder contener más su felicidad, lo abrazó con fuerza, sus brazos temblando ligeramente. Tae sintió el alivio y la alegría de Jungkook fluir en el abrazo hasta su propio corazón. Los labios de Tae buscaron los suyos, y se besaron con una pasión que sólo puede surgir del reencuentro de dos almas destinadas a estar juntas.

𝙨𝙚𝙣𝙨𝙪𝙖𝙡 𝙗𝙤𝙮. TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora