Episodio 02

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Amenaza latente

La noche en los dormitorios transcurrió sin incidentes notables. Los estudiantes mayores la pasaron por alto, mientras que los nuevos, por su parte, optaron por mantener su distancia, no deseando desafiar las jerarquías sociales establecidas. Compartía la habitación con tres chicas más, quienes claramente provenían de familias influyentes, por lo que apenas le prestaban atención, enfocadas en sus propias conversaciones. Morgan instaló el terrario de Nate y lo ubicó allí junto con una pequeña rata como su cena. Observó cómo se alimentaba y luego se acomodó en su cama, lista para enfrentar su primer día de clases en el castillo.

En su sueño, Morgan se encontraba en un bosque oscuro y desolado, donde el miedo se podía respirar en el aire. En la distancia, divisó una antigua cabaña en ruinas que, de alguna manera extraña, la llamaba a adentrarse en su interior. Sin vacilar, se acercó, convencida de que encontraría algo o alguien que pudiera darle respuestas sobre su ubicación. A medida que se aproximaba, notó que la puerta estaba cerrada, pero su parte superior estaba destrozada, permitiéndole saltar y entrar sin dificultad, procurando evitar cualquier astilla suelta que pudiera herirla. Una vez dentro, la atmósfera no mejoró en absoluto: maderas rotas, olor a humedad, clavos oxidados y manchas rojas con un olor a oxidado adornaban el siniestro lugar, otorgándole un aura aún más inquietante.

La joven pudo vislumbrar una sombra en lo que parecía ser una cocina, con sigilo se acercó, dudaba si esa figura era amigable o todo lo contrario. No estaba ni a treinta centímetros del umbral cuando aquella figura oscura dio un giro brusco quedando frente a la chiquilla, la total oscuridad cubría el rostro de aquel ser impidiéndole distinguir alguna facción humana más allá del cuerpo parecido al de un hombre de mediana edad. Morgan se sintió irremediablemente atraída hacia aquella misteriosa criatura, como si su llamado resonara en lo más profundo de su corazón. Sin embargo, la misma atracción que la fascinaba estaba impregnada de un aura aterradora, como si estuviera presenciando la encarnación misma de la maldad. Se quedó estática, el sudor frío le recorría la frente y su corazón latía a mil por hora. Vio con asombro, terror y curiosidad como la sombra empezaba a acercarse a ella y justo cuando la delgada y blanca mano estaba a punto de tocarla despertó.

Ya en el gran comedor, Morgan aún se veía absorta en sus pensamientos por aquel sueño, ¿tendría algún significado o simplemente habría comido algo que le sentó mal? Suspiró exasperada antes de empezar desayunar. A su alrededor no había nadie, como siempre todos le evitaban, aquel sentimiento era extraño, pero no foráneo. Cuando estaba en el mundo muggle jamás se sintió realmente cómoda, cuando iba a la escuela le trataban de la misma manera y no precisamente por la muerte de sus padres, por estar al cuidado de su tío, quien a su vez tenía una pareja del mismo género y además antes era su tía. Mientras seguía pensando, sintió como alguien se sentaba a su lado y no pudo evitar sorprenderse al ver a Dominique con un plato con una variedad de panes, mantequilla y una taza de té oscuro.

— Buenos días, Morgan — le saludó Dominique con suavidad.

— Hola, Dominique — contestó la Slytherin.

— ¿Cómo estuvo tu primera noche?

— Podría haber sido mejor — respondió la joven somnolienta. — Tuve un sueño... extraño.

— ¿En serio? ¿Puedes contármelo?

Morgan le narró lo que había vivido esa noche; con cada palabra que salía de su boca, podía sentir un escalofrío recorriendo su espalda.

— Y luego, desperté — concluyó Morgan sin mirar a Dominique.

— Eso no suena bien, mon amie, pero creo que podría tener un significado — dijo la joven, tomándose el mentón y pensando un momento. Sus ojos, ya de por sí azules, ahora brillaban con mayor intensidad.

SANGRE OSCURA: LA MALDAD EN LA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora