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Hoseok iba como cada fin de semana al bosque, esperando poder verlo, pero no lo conseguía, dejaba la manta con comida, sabía que el lobo iba por ella, siempre lo encontraba vacío.

Tomo asiento en aquel lugar, donde prácticamente le salvo la vida, esperando un par de horas, hasta que vio como los rayos de luz se perdían, dando paso a la obscuridad.

Recordó las preguntas de su padre al otro día que despertó, como era de los pocos que creía toda la historia.

Se puse de pie, sacudiendo las hojas secas qué se pegaron a su ropa, avanzando para salir del bosque, llegando a la calle que iba a su casa, en el camino se encontró a Jungkook, lo que deseaba que no hubiera sucedido.

— Hoseok, Hoseok — escuchaba como le llamaba el castaño, pero trato de ignorarlo, avanzando más de prisa.

Aun le faltaba una cuadra para llegar a su casa.

— Hey, que bueno que te he alcanzado — Kook avanzaba al paso del mayor —. Es muy tarde para que camines solo, puede salir el lobo blanco y llevarte — pudo notar un tono de burla.

— Ya supera eso, fue hace muchos años ya — Hoseok comenzaba a buscar sus llaves para entrar.

— Igual tú, me ha dicho mi padre que vas todos los fines de semana al bosque, Hoseok — lo tomo del brazo, haciendo que ambos se detuvieran —. Es peligroso, si de verdad existe esa criatura, te puede hacer daño.

Hoseok lo vio un momento, antes de soltarse del agarre para seguir avanzando a su casa.

— Seok por favor, lo digo por tu bien — Kook volvió a alcanzarlo, tomándolo de la mano para detenerlo.

El nombrado no respondió, tratando de alejarse nuevamente, pero Kook lo pego hacia él, uniendo sus labios en un beso, qué duro apenas unos segundos antes de que Hoseok lo empujara y diera una cachetada.

— En tu vida vuelvas a hacer eso, es mi problema si voy o no al bosque, ni en mil años podrías gustarme Jeon, te pido que te alejes de mi — Hoseok comenzó a correr, sin voltear si el menor lo seguía.

Abrió de prisa la puerta de su casa, subiendo a la misma velocidad las escaleras para llegar a su habitación, lavo con fuerza su rostro, quitando los restos de esa sensación que Kook había provocado con aquella acción.

No, definitivamente ese no lo iba a recordar como su primer beso.

Suspiro viéndose al espejo, él solo quería ver nuevamente a aquel lobo blanco, tan bonito como la nieve.

A la mañana siguiente se despertó sintiendo que aquel día tendría suerte, preparo la manta con la comida, llego al bosque incluso antes de que saliera el sol, para pasar más tiempo, le había prometido a su padre antes de morir qué cuidaría del espíritu del bosque.

Tomo asiento, esperando que el lobo fuera, aquel día no había encontrado la manta del día anterior, quizá el lobo se la había llevado en esta ocasión.

Mientras esperaba, vio una hermosa mariposa, avanzo detrás de ella, sonreía tratando de alcanzarla, cuando sintió el desnivel de la tierra, estaba a punto de caer, cuando una mano tomó la suya.

Cerro con fuerza sus ojos, esperando sentir su piel golpear el suelo, pero aquello no sucedió, en cambio sintió el cálido cuerpo de una persona.

Solo esperaba que no fuera Kook, estaba listo para darle otro golpe, que se atreviera a seguirlo ya sobre pasaba cualquier límite.

— Ten más cuidado — una voz casi aterciopelada, hizo su cuerpo temblar un poco.

Abrió sus ojos y levantó la vista, encontrándose con una persona increíblemente hermoso, alguien que jamás en su vida había visto.

Quizá el lobo blanco, pero él no era un humano.

Su piel blanca, su cabello aun más blanco y una sonrisa tan hermosa.

— Si.. yo... am.. — se separó un poco para poder verlo mejor, ropa holgada, pero seguía viéndose tan hermoso.

— ¿Te encuentras bien?

Hoseok solo podía asentir, era como si su cerebro hubiera desconectado aquella parte que le ayudaba a entablar una conversación.

— Vale, entonces me voy — le sonrió, dando dos pasos antes de que Hoseok lo tomara para detenerlo.

— Espera un poco, tú... amm — Hoseok dudo un poco.

¿Quizá el lobo blanco de verdad no exista?

— ¿Cómo te llamas? — no, eso no era lo que deseaba preguntar.

— Yoongi — sonrió el peli blanco.

— Hoseok, así me llamo — sonrió alejando su mano al sentir la mirada del contrario.

— Mucho gusto Hoseok, me tengo que ir — menciono.

— ¿Puedo acompañarte?

Pudo notar como el contrario lo pensó un momento, pero quizá no vería aquel día al lobo blanco.

No había tenido suerte durante todos esos años y la compañía de aquel chico era buena opción.

— Claro — el contrario asintió y se acomodo el pequeño morral, avanzando despacio.

Hoseok lo siguió, teniendo cuidado, vio como el contrario se acercaba a ayudar a una pequeña ardilla que parecía herida.

— ¿Eres una especie de guardián del bosque? — preguntó con curiosidad, esperando no ser inoportuno o grosero.

Yoongi solo negó, sacando un par de nueces de su morral y las dejo cerca de la ardilla.

— Solo me gusta ayudar — sonrió mientras se ponía de pie.

El contrario sentía que su corazón se aceleraba.

¿Había algo en aquel chico que no fuera perfecto?

— ¿Por qué nunca te había visto por la zona? — se atrevió a preguntar.

Estaba tan atento a todo que no noto como el cuerpo del contrario se tensaba un poco.

— No me gusta convivir con los humanos — explico.

Se habían hecho tan buena compañía, que no notaron que había pasado todo el día juntos, los rayos naranjas anunciaba la llegada la noche.

— ¿Podre verte nuevamente? — Hoseok no entendía esa necesidad de volver a verlo.

Aquella sensación solo la tuvo cuando vio al lobo blanco.

— Claro, nos veremos aquí, mañana al amanecer — ofreció Yoongi.

— Tengo escuela, pero puede ser después del medio día.

— Nos veremos aquí después del medio día — concedió Yoongi, busco en el morral una nuez y se la entrego.

— No soy una ardilla herida — respondió el contrario al tiempo que la tomaba.

— Luces como una — sonrió, antes de pasar por un lado de Hoseok, perdiendose en el bosque.

No sabía cuanto tiempo se quedó ahí, casi como congelado, solo escuchando los golpes de su corazón que estaba tan acelerado, llevo la nuez hasta donde estaba su corazón.

¿Así se sentía enamorarse a primera vista?

Estaba anhelando mucho que llegara el nuevo día, ya no para ver al lobo blanco, quería ver a ese bonito chico de piel de porcelana y cabellera como la nieve, quería volver a ver a Yoongi.

Si, podía llegar a enamorarse por primera vez.

The white wolf - YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora