4

68 14 4
                                    

Hoseok abrió lentamente sus ojos, por un momento se sintió confundido, no sabía dónde estaba, hasta que recordó lo sucedido anoche, volteo a todos lados, ya no estaba el lobo, bueno, Yoongi, solo una manta y una almohada.

Se puso de pie, doblando aquella manta, tratando de ver donde estaba Yoongi.

— Oh, despertaste — la voz del pálido hizo que diera un ligero brinco —. Lo lamento, mi intensión no era asustarte — ambos sonrieron.

El menor dejo la manta en el sofá, para seguir a Yoongi a la cocina.

— Supongo que deseas que hablemos de lo sucedido anoche — Yoongi llenaba de agua un pequeño recipiente para poner a calentar agua.

— Si no te sientes incomodo — le aseguro Hoseok sin dejar de verlo.

Yoongi sonrió, le parecía adorable la expresión del contrario.

— Soy un lobo — comenzó a decir, sintiéndose algo nervioso.

— ¿Enserió? No lo note — bromeó Hoseok, ofreciendo una sonrisa cálida.

— No lo soy de nacimiento, tuve una vida de la que no estoy orgulloso, es más como... — dejo de hablar, cuando Hoseok lo abrazó.

El pálido estaba sorprendido, sabía del corazón tan puro que hasta ese momento, Hoseok le había dejado ver en cada uno de sus encuentros.

— Debes sentirte muy solo — menciono Hoseok sin apartarse —. La gente es horrible, si ellos se enteran de tu condición, querrán atraparte, investigar como es que te conviertes en lobo, entiendo por que te mantienes alejados de los humanos — añadió, su voz entre cortada, como si el aire no estuviese llegando bien a sus pulmones.

Una parte de ello era cierto, los humanos en cuanto notan algo desconocido, en lugar de dejarlo vivir, libre como hasta ahora lo era, lo atrapan, lo investigan y muchas de las veces, terminan con su vida, para poder investigarlo, también por miedo, principalmente por miedo.

Miedo a lo desconocido, a no ser ese ser superior y desarrollado que ellos mismos se empeñan a creer que son.

Yoongi correspondió el abrazo que el contrario le ofrecía, sintiendo una oleada de calidez, como si ese abrazo llegara hasta su corazón.

Había notado que sentía algo diferente por Hoseok, quizá, se estaba enamorando.

— Disculpa — Hoseok se separó, pero Yoongi volvió a abrazarlo.

El menor se dejó abrazar, sin decir nada más, cerrando sus ojos un momento, sintiendo la calidez del contrario.

Ya se encontraban en el bosque, Yoongi se ofreció a acompañarlo, ya que habían llegado a la casa del pálido en medio de la lluvia y Hoseok no recordaba por donde habían llegado.

— ¿Todo este tiempo sabías quien era? — preguntó Hoseok jugando con una rama que había encontrado.

— Si, te salve dos veces ya, bueno tres, ayer te di refugio — sonrió el mayor.

— Gracias, por las tres veces — el menor se detuvo volteando a ver al mayor —. ¿Nos podemos seguir frecuentando? — sonrió nervioso.

En su mente pasaba la idea que ahora que conocía su secreto, quizá Yoongi ya no quisiera que se siguieran viendo.

— Claro, ahora ya esta oscureciendo, mañana después de medio día — sonrió y le entrego una nuez —. Sigues pareciendo una ardilla herida — murmuró, antes de dejar un suave beso en la mejilla del menor.

Hoseok sentía que su corazón se aceleraba, enviando más sangre de la necesaria a sus mejillas, no pudo más que asentir, viendo como Yoongi se perdía entre el bosque.

Un gran suspiro logro que se calmara un poco, antes de salir del bosque, caminando en dirección de su casa.

Ese era el plan hasta que una voz ya conocida se escucho a lo lejos.

— Hoseok, por favor solo dame un momento — escucho la voz de Kook a unos pasos de distancia de donde iba.

— No, no quiero estar un solo segundo contigo o te atreverías a besarme nuevamente sin mi consentimiento — estaba a unas casas de llegar a la suya.

— Discúlpame por ello, actúe de forma impulsiva, pero me gustas mucho, no quiero que te pongas en peligro, pero pronto podrás ir al bosque sin miedo — explicó el contrario, logrando al fin que Hoseok detuviera su andar y volteara a verlo.

— ¿A que te refieres?

— Ayer, tú hermana estaba preocupada, ya que no volviste, nos contacto, así que se mandó llamar a todos a una reunión urgente, donde se decidió ya no alimentar la fantasía del espíritu del bosque — explicó Kook, tratando de no mencionar el hecho que Hoseok traía ropa que no le pertenecía —. Es un monstruo lo que vive ahí, así como tu has estado en peligro dos veces de morir en sus garras, no esperaremos que corras ese riesgo una tercera vez — sonrió, como si fuera el héroe que Hoseok había estado esperando.

— ¿Qué?

Hoseok trataba de hacer trabajar lo más que podía su mente, entendiendo todo ese paloteo que Kook decía frente a él.

— Desde mañana iremos a cazarlo, lucirá muy bonito en la casa de los Jung — sonrió aún más.

Kook observo con atención la reacción del mayor, como era de esperarse, Hoseok iba a querer ir a advertirle a aquel monstruo.

— No, no le darás aviso, te estoy informando, únicamente a ti — tomo con fuerza el cuerpo de Hoseok.

En cuestión de segundos, más hombres le ayudaban a detenerlo, llevandolo hasta la casa de los Jeon, atando todas sus extremidades, tratando así de evitar que pudiera escapar.

— Suéltame idiota — ordenó Hoseok en cuanto vio a entrar en la habitación, después de un par de horas.

— No, ya están varias personas recorriendo el bosque, solo quiero que estés a salvo — se acercó Kook, colocándose frente a Hoseok —. Eres tan bonito, no podría permitir que ese monstruo te toque — se acercó besandolo.

Hoseok se negó, haciendo su cabeza hacia atrás lo más que podía, Kook lo tomo de la barbilla para poder besarlo, se separó con una sonrisa, mientras el contrario lo miraba de forma furiosa.

— Que bien besas — alcanzo a decir, antes de que Hoseok le escupiera un poco de saliva en au rostro —. Solo por que eres bonito, lo dejaré pasar — acarició el mentón del mayor, se separó y limpio su rostro.

— Eres un maldito imbécil, ni en mil años, ni siquiera en otra vida, me llegarías a gustar, debes superarlo Jeon — casi grito, pero Kook parecía no haberlo escuchado.

— Bien, volveré cuando tenga la cabeza de ese monstruo en mis manos, listo para pedir tú mano, bonito — salió de la habitación, dejando a Hoseok encerrado.

Pasado unos minutos seguía intentando escapar, Hoseok deseaba ir a poner en aviso a Yoongi, sus muñecas dolían de no poder hacer nada, estaba cansado, lagrimas bajando por su rostro.

Escucho unas pisadas, sin levantar la vista, tenía miedo, si era Jeon con la cabeza del lobo, no sabía cómo podría reaccionar.

— ¿Hoseok? — era la voz de la hermana de Kook, la más joven —. Hyung es demasiado estúpido — murmuró ella.

Hoseok la observaba con atención, sin necesidad de decirle nada, ella le estaba ayudando a quitar las ataduras,era como un Kook más pequeño, en bonita y dulce.

— Gracias — sonrió moviendo un poco sus extremidades.

— Espera — le entrego una bolsa con un poco de comida, agua y cosas para curación —. Para ti y el lobo, yo no pienso igual, sé que es bueno — sonrió antes de que Hoseok la tomara y saliera.

Se estaba haciendo de madrugada, esperaba encontrar a Yoongi temprano, en su forma humana, era menos peligroso, no quería que le hicieran daño.

Lo protegería con su vida, si era necesario.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 11 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The white wolf - YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora