fortpeat y bebé bring

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Peat y Fort vivían juntos en un pequeño apartamento en el centro de la ciudad. Desde que se conocieron, supieron que estaban destinados a estar juntos. Peat, un omega de espíritu libre y corazón generoso, había capturado el corazón de Fort, un alfa protector y leal.

Cuando Peat quedó embarazado, ambos estaban emocionados y nerviosos a partes iguales. Habían preparado todo para la llegada del bebé: el cuarto decorado, la cuna armada y los juguetes listos. Sin embargo, sus planes se vieron alterados una noche, dos meses antes de la fecha esperada de parto.

Peat estaba en la cocina, preparando la cena, cuando sintió un dolor agudo en su vientre. Al principio pensó que era una falsa alarma, pero el dolor se hizo más intenso y constante. Llamó a Fort, que estaba en la sala, y le dijo que algo no iba bien. Fort, con su instinto alfa en alerta, inmediatamente entendió la gravedad de la situación.

- "Peat, debemos ir al hospital ahora mismo", dijo Fort, tratando de mantener la calma aunque su corazón latía acelerado.

Condujeron rápidamente hasta el hospital más cercano. Peat respiraba entrecortadamente, tratando de mantenerse tranquilo, pero el dolor era cada vez más fuerte. Al llegar, las enfermeras los llevaron directamente a la sala de emergencias. El médico les informó que el parto se había adelantado y que el bebé estaba por nacer.

Fort nunca dejó de sostener la mano de Peat durante todo el proceso. Le daba ánimos, le recordaba lo fuerte que era y lo mucho que amaba a su familia. Después de horas de trabajo de parto, Peat dio a luz a un pequeño bebé prematuro. El llanto débil del recién nacido llenó la sala, y ambos padres sintieron una mezcla de alivio y preocupación.

El bebé fue llevado de inmediato a la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN). Fort y Peat pudieron verlo solo un momento antes de que lo pusieran en la incubadora. Era tan pequeño y frágil, pero para ellos, era perfecto.

Durante las semanas siguientes, Peat y Fort pasaron cada momento posible en el hospital, vigilando de cerca a su hijo. Se turnaban para estar junto a la incubadora, hablándole suavemente y cantándole canciones. Fort solía acariciar la pequeña mano del bebé, mientras Peat le contaba historias sobre el futuro que soñaban para él.

Zee y Nunew, los padres de Peat, estaban extremadamente preocupados por su hijo y su nieto. Habían estado siguiendo de cerca el progreso desde el principio, pero ahora, con el parto adelantado, su ansiedad aumentó. Volaron a la ciudad tan pronto como pudieron y llegaron al hospital esa misma noche.

Al ver a Peat tan agotado pero determinado, Nunew no pudo evitar derramar lágrimas de preocupación y alivio. Zee, aunque intentaba mantenerse firme, también tenía los ojos llenos de lágrimas.

- "Peat, hijo, ¿cómo estás?", preguntó Nunew, abrazando a Peat con fuerza.

- "Estoy bien, mamá. Solo quiero que nuestro bebé esté bien", respondió Peat, sintiendo la calidez del abrazo de su madre.

Fort explicó la situación a Zee, quien le agradeció por estar allí para Peat y por ser un pilar en este difícil momento.

Poco a poco, el bebé empezó a ganar peso y a mostrar signos de mejoría. Los médicos estaban optimistas y finalmente, después de lo que parecieron eternas semanas de espera y esperanza, les dieron la noticia de que podrían llevar a su hijo a casa.

El día que salieron del hospital fue uno de los más felices de sus vidas. Peat y Fort llevaron al bebé a su hogar, donde lo recibieron con amor y alegría. Aunque el camino había sido difícil, sabían que su familia era más fuerte por haberlo recorrido juntos. Zee y Nunew se quedaron con ellos unas semanas más, ayudando en todo lo que podían, disfrutando cada momento con su nieto.

Peat, recostado en el sofá con el bebé en sus brazos, miró a Fort y le sonrió.

- "Lo logramos, Fort. Somos una familia", susurró, con lágrimas de felicidad en sus ojos.

Fort los abrazó a ambos, sintiendo una inmensa gratitud y amor.

- "Sí, Peat. Lo logramos. Y no podría haberlo hecho sin ti".

Juntos, sabían que enfrentarían cualquier desafío que viniera, porque su amor y su familia eran lo más importante.

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