iii. matilda

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CAPITULO TRES — matilda( el eco de la existencia, parte iii )

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CAPITULO TRES — matilda
( el eco de la existencia, parte iii )

❝you talk of the pain like it's all alright❞

Alexandra había vuelto a Seattle hace más de un mes. Su hermano, después de dos semanas de descanso, se había recuperado completamente, así que ella ya no tenía por qué quedarse más tiempo en Quantico. Además, los pacientes que atendía ya habían sido operados con éxito.

━━¿Cómo está Aaron? ━━cuestionó April mientras firmaba algunos documentos.

Alexandra dejó escapar un suspiro, dejando el expediente de uno de sus pacientes en la mesa. Ambas doctoras estaban en la sala de titulares, tomando un "descanso".

━━Está bien, mejor de lo que esperaba. La recuperación fue más rápida de lo que los médicos anticipaban. ━━respondió, intentando mantener una sonrisa.━━ Aunque, ya sabes cómo es, insistió en que no necesitaba más cuidados y volvió a la rutina cuanto antes.

April asintió, dejando la pluma a un lado y observando a su amiga con atención.

━━Eso suena a Aaron. ¿Y tú? ¿Cómo te sientes de estar de vuelta?

━━Aliviada, creo. Quantico fue... intenso. Los extrañaba a todos. No hubo un solo día en el que Mer no me llamara.

April sonrió, comprendiendo perfectamente.

━━Me alegra escuchar eso. Y, por supuesto, Seattle también está feliz de tenerte de vuelta.

Alexandra sonrió. ━━¿Y qué hay de ti? Hace poco volviste del ejército.

━━Sí. Necesitaba un respiro de Seattle, la mejor forma era seguir haciendo lo que amo, pero en el ejército.

April y Alexandra se habían conocido en la residencia y se habían vuelto mejores amigas al instante. Alexandra sabía que después de que April perdió a su hijo con Jackson y todo lo que pasó, necesitaba alejarse.

━━¿Oíste que Alex se casará? ━━cambió de tema la pelirroja.━━ Estoy tan feliz por él.

━━Meredith me contó. Aún recuerdo cuando era el engendro del diablo.

Ambas doctoras rieron, compartiendo un momento de alegría y camaradería, sabiendo que a pesar de los cambios y las distancias, su amistad seguía intacta.

Ambas doctoras rieron, compartiendo un momento de alegría y camaradería, sabiendo que a pesar de los cambios y las distancias, su amistad seguía intacta

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carpe diem, spencer reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora