❝slow down you crazy child
you're so ambitious for a juvenile
but then if you're so smart tell me,
why are you still so afraid.❞
Alexandra Hotchner había conocido el dolor que a veces acompaña al amor. La muerte de sus padres había sido un golpe de...
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CAPITULO CINCO — mil años ( instantes eternos, parte ii )
❝time stands still, beauty in all she is i will be brave.❞
Desde aquel Halloween, varios eventos significativos habían ocurrido. Jo le había pedido a Lexie que la ayudara con todos los preparativos de la boda: elegir las flores, seleccionar la música, decidir el menú y coordinar los vestidos de las damas de honor. Mientras tanto, el Sr. Blake había demandado al hospital, alegando que habían asesinado a su esposa.
Alexandra se encontraba terminando de arreglarse. Ella y Meredith habían llegado a Chicago el día anterior, y ahora ambas se preparaban con esmero para el gran día. Una vez listas, se dirigirían a la iglesia para la ceremonia.
Alexandra estaba genuinamente feliz por el casamiento de su hermano mellizo. A pesar de que Sean y ella, no se veían a menudo, ya que los tres hermanos vivían estados diferentes, ella le alegraba que el pudiera casarse y ser -ya que se habia enterado que esperaban un hijo- el padre que nunca tuvo.
Al terminar de arreglarse, ambas mujeres compartieron una última mirada de complicidad antes de salir hacia la iglesia. El sol de la mañana iluminaba suavemente las calles de Chicago, creando una atmósfera casi mágica para el evento.
En el taxi, dirigiéndose a la iglesia, Lexie se giro a Meredith.
━━¿Cuándo llegará Derek? ━━preguntó Lexie, ajustando el dobladillo de su vestido.
━━Dentro de poco. ━━respondió. ━━Estara aquí para la ceremonia.
El hombre, como era el jefe del hospital, tuvo que quedarse en Seattle por el caso del Sr. Blake, y se vería de mal gusto que cambiará la fecha donde se reuniría con los abogados, así que tuvo que irse en otro vuelo.
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Hace dos horas, Alexandra había llegado al lugar, y finalmente, Derek también lo hizo, justo a tiempo para el evento que estaba por comenzar. A medida que el tiempo avanzaba, la iglesia se llenaba de vida; los invitados, que hasta hace poco se saludaban y reían en la entrada, ahora comenzaban a tomar asiento dentro del edificio sagrado. El bullicio y las sonrisas, mezcladas con la decoración festiva, creaban un ambiente de celebración que parecía envolver todo a su alrededor.
