ረ 𝕊𝗂𝖾𝗍𝖾 ꒰ 𝙿𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘 ꒱ .ᐟ

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La pareja se abrazó durante unos largos treinta minutos donde el conejito solo abrazaba al pelinegro para consolar el miedo en su corazón, en el fondo de su mente sabía la razón de por qué esa pantera llegó buscándolo pero no quería afrontarlo

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La pareja se abrazó durante unos largos treinta minutos donde el conejito solo abrazaba al pelinegro para consolar el miedo en su corazón, en el fondo de su mente sabía la razón de por qué esa pantera llegó buscándolo pero no quería afrontarlo.

Tenía miedo de enfrentar que su familia lo desea muerto.

El tigre quería preguntarle a su amante sobre la situación pero se contuvo, justo ahora lo que necesitaba era consuelo y apoyo no preguntas incómodas.

Sunghoon quería quedarse otro rato en esos brazos que le hacían sentir cómodo, pero entonces sintió la sangre caliente cubrir su pecho.

-- Tengo que curar tus heridas -- el rubio tomó al más alto de la mano y lo arrastró hacia la habitación, lo sentó en la cama, sacó el botiquín anteriormente usado y comenzó a curar las heridas del tigre.

El conejito era muy cuidadoso al curar las heridas del pelinegro, pasaba una pequeña mota de algodón en cada herida con delicadeza. Al pasar unos veinte minutos las heridas ya habían dejado de sangrar.

Heeseung no pudo resistirse más.

-- Dime, ¿esa pantera qué demonios hacía aquí? -- el tigre presentía que Sunghoon lo sabía, era claro gracias a su mirada llena de decepción al terminar todo el asunto.

Sunghoon no le contestó, en su lugar, buscó en el armario otro conjunto de ropa y se lo entregó al tigresito. Heeseung no insistió, probablemente era un tema del que le costaba hablar, se colocó la ropa mientras esperaba alguna respuesta de parte del rubiecito.

El conejito trago grueso, sabía que tendría que hablar de esto con su amante pero era algo difícil que a su mente volvieran esas memorias.

-- Y-yo... Yo soy el hijo menor del jefe del pueblo -- susurró tan bajo que Heeseung casi se pierde esa información.

El tigre se sorprendió.

-- ¿Qué? -- la pareja decidió sentarse en la cama y conversar cómodamente, Sunghoon estaba nerviosos, Heeseung no lo forzó y esperó con calma.

-- Sí, soy hijo del jefe del pueblo. Mi madre era una de sus concubinas de bajo rango del hombre -- su tono era de enojo, Heeseung no sabía nada pero presentía que ese hombre no era para nada bueno.

-- Hmm -- el tigre instó a su conejito a seguir hablando. Las orejitas del conejito temblaron mientras seguía contándole su pasado a Heeseung.

-- Mi madre nunca fue muy amorosa, estaba centrada en obtener el favor de mi padre. Sin embargo, mi padre estaba decepcionado del hijo que mi madre había dado a luz, un simple conejo herbívoro -- Sunghoon sintió sus ojitos mojarse con lágrimas, las secó con rapidez y siguió contando.

Heeseung pareció querer decir algo pero Sunghoon evitó que hablara, lo miró con ojos que decían "déjame terminar de hablar", el tigre se calló sus palabras a regañadientes.

-- Todos los hijos de mi padre, además de mí, eran fuertes híbridos carnívoros. Mi padre es un fuerte híbrido de pantera, la mayoría de sus hijos eran de la misma clase. Solo yo y una pequeña niña éramos diferentes -- el conejito parecía estar triste, Heeseung iba a decir algunas palabras para consolarlo, pero fue callado nuevamente.

-- La mayoría de mujeres en el harem de mi padre eran herbívoras, al parecer, mi padre prefería a las mujeres más débiles que él, pero gustaba de que sus hijos nacieran igual de fuertes que él.

Mi madre es una coneja, al igual que yo; su fertilidad no es muy buena por lo que después de mí, no volvió a tener otro hijo para mi padre. Eso lo decepcionó mucho, después de enterarse de este hecho casi no veía ni a mi madre ni a mí.

Mi madre, una mujer llamada Park Mina, estaba resentida conmigo por hacerla perder el cariño de mi padre, pocas veces iba a verme a la pequeña habitación donde residía la mayor parte de mi infancia.

Pase mi infancia en ese cuarto recibiendo clases de una maestra que poco interés tenía en mí. Cuando cumplí diez años finalmente me sacaron de allí pero ese fue el momento donde pasó lo peor.

Mis hermanos, todos grandes y fuertes, eran casi todos uno o dos años mayores que yo, lamentablemente tienen el mismo pensamiento que mi padre. Desde que salí de ese cuartucho vivían haciéndome la vida imposible, burlándose de mí, de mi fuerza, de mi apariencia, de todo en general.

Un día, sus bromas fueron demasiado lejos -- el tigre se mordió la lengua para no comentar nada, le estaba costando un montón no decir palabras de consuelo para su conejito o palabras de odio contra el hombre que se hace llamar su padre.

-- Había un pequeño pozo cerca del lugar donde yo vivía, mayormente me la pasaba jugando por allí solo con los insectos o palitos. Bueno, un día vienen mis hermanos mayores y, en broma según ellos, me lanzaron al pozo con tanta fuerza que me rompí el brazo -- Heeseung frunció el ceño, emitió un gruñido y su cola atigrada se erizó.

El conejito se asustó por el sonido, se encogió en sí mismo, el tigre notó esto y le acarició la cabecita en un intento de consolarlo. Al calmarse, Sunghoon siguió contando la historia.

-- Yo pensé que tal vez mi padre diría algo para ayudarme, un simple regaño me hubiera bastado. En lugar de eso felicitó a mis hermanos diciendo: "una pantera necesita ser de esa forma para volverse más fuerte".

Después de ese día me aparté más de todos los residentes de esa casa, ni siquiera quería ver a mi madre que en ese momento no dijo nada por ayudarme. Cuando cumplí trece comencé a vivir solo por las calles, ya que no podía soportar las "bromas" de mis hermanos mayores.

Al tener quince ya vivía sólo en esta casa la cual he ido mejorando con los años, ahora tengo diecinueve.

Esa pantera que vino ayer es uno de mis hermanos mayores, me lleva medio año apenas. No sé si vino por cuenta propia pero en este mes él había venido ya un par de veces, en esos momentos yo me escondía en un agujerito que hice hace un par de meses -- Los ojos del rubio se encontraban húmedos, seguía secando las lágrimas que amenazaban con bajar por su rostro, pero era inútil, ellas seguían brotando.

Heeseung estaba sinceramente enojado con esa asquerosa familia, pero no dijo nada, solo abrazó al conejito con fuerza y pronunció un bajito "todo está bien" eso hizo que el rubio soltara a llorar, las lágrimas bajaron por sus mejillas y pequeños sollozos comenzaron a escucharse en la habitación.

Estaba comenzando a soltar las lágrimas que resistió durante al menos nueve años.

Estaba comenzando a soltar las lágrimas que resistió durante al menos nueve años

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⭒Conejo & tigre   |   ૮ 𝖧𝖾𝖾𝗁𝗈𝗈𝗇 აDonde viven las historias. Descúbrelo ahora