-ˏˋ#◟ ❛ 𝑜𝑜𝑜. Adhara Lily Potter, una joven aparentemente común y corriente, se encontraba inmersa en el torbellino de emociones que solo el amor adolescente puede desencadenar. Pero su historia de amor no era una historia de amor cualquiera, ya q...
La noche cayó sobre el castillo de Hogwarts y con ella llegó la hora de la cena en el Gran Comedor. Todos los alumnos estaban sentados en sus respectivas mesas, disfrutando de una variedad de platos deliciosos, pero notoriamente, Adhara no se encontraba en su lugar habitual en la mesa de su casa, lo que empezó a generar preocupación entre sus compañeros.
Pansy, su amiga cercana, comenzó a buscarla con la mirada, frunciendo el ceño al no verla en ningún lado. La ausencia de su amiga era inusual, ya que rara vez faltaba a las comidas. La preocupación se apoderó de Pansy mientras se preguntaba dónde podría estar Adhara y si algo le había sucedido.
— ¿Alguien ha visto a Adhara? — Preguntó Pansy, su voz llena de preocupación, mientras llevaba un bocado a su boca, sin poder evitar sentirse intranquila por la ausencia de su amiga.
Draco, que estaba sentado cerca de Pansy, dirigió su atención hacia ella al escuchar la pregunta sobre Adhara. Sus ojos grises se encontraron con los de Pansy.
— Si quieres, voy a buscarla. — Draco respondió con un tono serio, dejando a Pansy atónita por un momento.
— ¿Tú? — Pansy levantó sus cejas, incrédula ante la idea de que Draco se ofreciera para buscarla.
— Sí. — Draco asintió con determinación, ignorando la mirada escéptica de Pansy.
— ¿Y luego la matarás?
Draco, visiblemente molesto por la insinuación, se levantó de su asiento mientras daba un último sorbo a su bebida.
— No seas idiota, Parkinson. — Fue su respuesta antes de encaminarse hacia la búsqueda de Adhara, dejando a Pansy contemplando su sorprendente actitud.
A pesar de sus interacciones conflictivas, Draco tenía una tendencia innata a molestar a Adhara, disfrutando de provocar sus reacciones emocionales y a menudo sin entender del todo por qué lo hacía. Era como si su relación estuviera marcada por una dinámica inusual de amor y odio que ninguno de los dos podía explicar completamente.
Draco entró decidido a la sala común de Slytherin y allí, como si el destino los hubiera reunido, vio a Adhara. Ella estaba sentada junto al cálido resplandor del fuego, inmersa en las páginas de un libro que sostenía con delicadeza entre sus manos. Sin pensarlo dos veces, Draco se acercó a ella con un aire de desafío y determinación, y en un movimiento rápido, le arrebató el libro de las manos de Adhara.
Adhara se levantó rápidamente, con una expresión de indignación en su rostro, intentando recuperar el libro que Draco le había arrebatado.
— Malfoy, devuélveme el libro. — Adhara hizo un intento por quitárselo de las manos, pero Draco mantenía una firme sujeción.
