En lo profundo del bosque, donde los árboles se entrelazan como espinas y la oscuridad se cierne como un manto, vivía un joven llamado Emiliano. Su rutina diaria consistía en trotar por los senderos solitarios, alejándose del bullicio de la ciudad. Un día, mientras corría, escuchó un lastimero maullido. Siguió el sonido y encontró a un pequeño gatito, su pelaje manchado de barro y sus ojos suplicantes. El corazón de Emiliano se ablandó y decidió llevarlo a casa.
La gatita, a la que llamó Luna, se convirtió en su compañera constante. La cuidó, la alimentó y buscó incansablemente un hogar para ella, pero nadie parecía interesado en adoptarla. Así que, finalmente, Emiliano decidió quedársela. Luna se instaló en su casa, y aunque parecía un gato normal durante el día, su comportamiento cambiaba drásticamente al caer la noche.
Las noches eran inquietantes. Emiliano escuchaba ruidos en el piso de abajo, como si alguien o algo estuviera arañando las paredes. Gritaba desde su habitación, preguntando quién estaba allí, pero nunca recibía respuesta. Intrigado y un poco asustado, bajaba las escaleras, solo para encontrar a Luna mirándolo fijamente desde el centro del living. Sus ojos brillaban con una extraña intensidad, y Emiliano sentía que algo no estaba bien.
Una noche, harto de los ruidos insoportables, decidió investigar. Bajó las escaleras sin hacer ruido y revisó cada rincón del living. No encontró nada fuera de lo normal, excepto a Luna, que seguía observándolo con sus ojos penetrantes. Lo que el no sabía es que eso solo era un espejismo,así que decidió dirigirse a la cocina, y antes de entrar, escuchó pasos pesados en el interior. La creatura que rondaba su casa parecía estar en la cocina.
Emiliano se asomó con cautela y vio una figura encorvada de espaldas a él. La creatura tenía una piel grisácea, y sus huesos se marcaban bajo ella. Su columna estaba torcida, y su aspecto era grotesco. El miedo lo paralizó, pero su curiosidad lo impulsó a seguir mirando. La creatura murmuraba su nombre una y otra vez en una voz escalofriante.
-¿Por qué te has levantado, Emiliano? -dijo la creatura, girándose lentamente hacia él.
Emiliano tembló. ¿Qué era aquello? ¿Por qué conocía su nombre? La creatura se acercó, su rostro deformado y sus ojos hambrientos. Antes de que Emiliano pudiera reaccionar, la verdad se reveló: Luna, su querida gata, no era lo que parecía. Era un skin-walker, una criatura que tomaba la forma de un animal para acechar a los humanos.
-No debiste descubrir la verdad -susurró Luna, antes de devorarlo por completo.
Los sollozos escalofriantes resonaron en la casa, mientras la noche aparentemente pacífica se teñía de horror. Desde entonces, nadie se atrevió a entrar en la casa de Emiliano, y Luna, la skin-walker, continuó su siniestra existencia bajo la luna llena.
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INSOMNIO
Horror"INSOMNIO" es una colección escalofriante de historias cortas que te llevarán al límite de tu imaginación y te dejarán cuestionando la realidad de las sombras en tu habitación. Cada relato es un viaje al corazón del terror, donde los susurros noctur...