Capitulo 2.

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Un buen chisme puede correr igual de rápido en un vecindario que en una oficina.

Eso es algo muy sabido en el mundo empresarial y no hay excepciones a eso.

Alastor camina por los pasillos con el mismo andar altivo mientras Lucifer con pequeños pasos lo sigue, éste último nota como desde los cubículos algunos le guiñan el ojo como diciéndole «así se hace, campeón» y otros lo miran con desagrado o quizás decepción.

Lucifer respira hondo mientras ignora los murmullos y las miradas de burla, algunas quizás por respeto a su jefe o quizás porque sigue demasiado confundido. Sin embargo, una vez llegan a la oficina cierra la puerta suavemente y camina hasta el escritorio frente a su superior, quien como si nada ocurriera o aquellos acontecimientos de hace poco no hubieran sucedido jamás y solo fuera producto de la imaginación de Lucifer -Si es así necesita ir urgentemente al médico- está abriendo unos archivos.

"¿Qué te ocurre?" Pregunta el de orbes oscuros al sentir una insistente mirada sobre él.

"Estoy esperando que me expliques qué está pasando." Amablemente indica.

"Tranquilo." Dijo rodando los ojos "Esto te beneficiará."

"Disculpe pero me atrevo a repetir: estoy esperando que me explique qué está pasando."

"Adán iba a ser tu jefe." Dice sin apartar la mirada de los papeles.

"Si por supuesto, eso explica por qué debemos casarnos." Lucifer dice con ironía

"¿Y cuál es el problema? Todos en la oficina saben que eres gay."

"Bisexual." Corrige "Pero una cosa son mis preferencias, sin embargo tú nunca habías hablado de las tuyas, ¿Qué dirán los demás?" Aspira profundo. "Lo comerán vivo."

"Dudo mucho que alguno de ellos se atreva a cuestionarme."

"Tienes razón, pero..."

"¿Acaso el gran Lucifer Morningstar se estaba guardando para alguien especial?" Alastor se burla de forma malvada mientras apoya los codos sobre el escritorio.

"Quiero creer que sí, sin mencionar que este asunto es ilegal." Toma asiento en uno de los muebles, tratando de alejar cualquier rastro de miedo que no debía tener.

"Oh vaya." El ríe. "Que ingenuo. Buscan a los terroristas o asesinos seriales, no a personas como nosotros."

"Señor Haworth, discúlpeme pero lamentablemente para usted no estoy dispuesto a casarme." Dice con suavidad, como si eso fuera suficiente para que sus intenciones sean recibidas debidamente, y no termine en una zanja sin signos vitales.

"Sí, lo harás, ¿Quieres saber por qué?" Levanta la mirada oscurecida, enfocándola en el ahora pálido Lucifer "Porque tu hermoso sueño de tocar la vida de millones con tu libro está en mis manos." Lucider aprieta los labios ante lo mencionado, frunciendo un poco su entrecejo. "Adán no dudará en despedirte, te lo aseguro, y los cafés, las horas extras, haber sacrificado días libres, las compras que te hice hacer a medianoche no habrán valido la pena y tu sueño de ser escritor desaparecerá." El rubio escucha, respirando agitado y jugando con sus manos. "No te mortifiques, tras el plazo obligatorio haremos un divorcio rápido pero hasta entonces, te guste o no, tenemos que ser prometidos." Su jefe sonríe de una manera cruel de la forma que sus ojos se achican porque sabe que se ha salido con la suya. "Ahora, vuelve a tu trabajo, por favor."

Y sin más, Alastor regresa la mirada a los papeles sobre su escritorio, ignorando la preocupación y malestar reflejado en el rostro de Lucifer.

No es como si le importase realmente.

La propuesta. -AppleRadio-Where stories live. Discover now