Alastor camina por el muelle, aún envuelto con una manta. Ya no tiembla, no obstante, Lucifer continúa abrazándolo y él se lo permite. El rubio ni siquiera se pregunta por qué, pero no quiere soltarlo.
"Quisiera hablar con los dos." La voz de Yahvé toma desprevenida a la pareja, quienes venían tan inmersos que no se percataron de su presencia. Pero ese tono de voz firme, hace que Alastor y Lucifer se pongan en alerta.
Yahvé los mira directo a los ojos con un rostro tan frío que no habían visto desde que llegaron hace unos días, acto seguido da media vuelta, sabiendo que los otros lo seguirán. Lucifer aprieta inconscientemente el agarre sobre Alastor, sintiendo la necesidad de protegerlo en ese momento pues su padre no parecía muy feliz. Alastor, por su parte, se mantiene en silencio, pero su mirada revela una mezcla de ansiedad y confusión.
Yahvé los dirige a una parte de la casa que utilizan como bodega porque no quiere que su esposa se entere al respecto. Alastor y Lucifer intercambian una mirada antes de seguir a Yahvé hacia la bodega. El ambiente se vuelve tenso y pesado mientras caminan en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos.
"Pasen." Su tono es como una daga afilada que corta a través del aire, dejando a ambos atónitos y desconcertados.
Ambos acatan en silencio, entrando uno al lado del otro. De pronto entienden por qué tanto misterio al ver a Sera a la mitad del lugar.
La tensión en la habitación es palpable, y el silencio pesado que sigue las miradas de Yahvé y la oficina, lo cual se convierte en un manto opresivo sobre los dos. Alastor y Lucifer intercambian miradas.
"Les dije que los vigilaría." Comenta Sera con una suave sonrisa y una grabadora en las manos. Su expresión severa y fría, sin dejar lugar a dudas de que algo importante está a punto de suceder.
"¿Qué hace aquí?" Lucifer frunce el ceño, dirigiendo la mirada a su padre.
"Recibí una llamada de ella, diciéndome que si tu relación era una farsa te enviaría a prisión, y le pedí que viniera."
"¿Qué? ¿Y no podrías consultarlo primero? Soy tu hijo." Dice, tensando la mandíbula.
"Tienes suerte, tu padre negoció una oferta en tu nombre." Explica Sera, haciendo que Lucifer voltee de nuevo hacia su padre reclamando con la mirada. "Esta oferta durará pocos segundos: vas a declarar que este matrimonio es una mentira. Diciendo la verdad te liberarás y él..." Señala al hombre a su lado, quien en todo momento se ha mantenido en silencio con la mirada hacia el suelo. "Será deportado." Concluye apenas sonriente mientras enciende la grabadora y la acerca al muchacho.
Lucifer no se inmuta, cosa que sorprende a Yahvé.
"Hijo mío." Lo llama, queriendo hacerlo entrar en razón. "Dile que sí."
"¿Y si no quiero?"
"¡No seas absurdo!, ¿No te das cuenta en lo que te estás metiendo?"
"¿Quieren saber qué pasó?" Mira a la mujer que sostiene una grabadora directo a los ojos. "Trabajó para él desde hace tres años, hace seis meses comenzamos a salir, nos enamoramos, le pedí matrimonio y él dijo que sí. Lo veré en la boda, señorita Sera." Da media vuelta y camina hacia la puerta. "Vámonos." Indica al más alto, no obstante se detiene unos pasos. "En cuanto a usted, no es necesario que se presente en nuestra boda" Susurró Lucifer con una frialdad inquebrantable en su voz.
Yahvé simplemente estaba paralizado.
Alastor traga saliva mientras mira a los otros dos con pesar antes de voltear y dirigirse hacia Lucifer.
Él no lo merece.
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A pesar de ser una boda improvisada, el granero resplandece con una decoración exquisita de flores blancas y escarlatas que adornan cada rincón, candelabros brillantes que iluminan la estancia y luces parpadeantes que crean un ambiente mágico. Aunque solo amigos íntimos y familiares cercanos han sido invitados, las bancas están abarrotadas de invitados vestidos con elegancia y esmero, cada uno radiante y listo para presenciar el momento tan especial que está por llegar.
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La propuesta. -AppleRadio-
Fanfic──♡── Todo comienza cuando Alastor un conocido editor, se enfrenta a la posibilidad de ser deportado a su país natal, para evitarlo audazmente el ejecutivo reacciona impulsivamente y declara que está comprometido con su ayudante -No digamos secretar...