Ese día, Hogwarts parecía envuelto en una melancolía que se reflejaba en el andar de Caelum Potter. Apenas habían pasado unos meses desde la muerte de Sirius Black, un golpe devastador para él y para todos los que lo conocían. Harry caminaba por los pasillos, sumido en sus pensamientos, cuando la voz estridente de Dobby lo sacó de su ensimismamiento.
"¡Harry Potter! ¡Dobby tiene algo importante que mostrarle! ¡Sígame, por favor!" exclamó el elfo doméstico, saltando de un lado a otro con entusiasmo.
Harry siguió a Dobby a través de los intrincados pasillos del castillo hasta llegar a un lugar que le era familiar, aunque no había estado allí en años: la Sala de los Menesteres. Dentro, una escena familiar lo esperaba: un retrato de un antiguo director de Hogwarts, un miembro de la familia Black.
"Caelum," dijo el retrato con una voz que resonaba con la autoridad de siglos de sabiduría. "Es hora de que conozcas la verdadera historia de tus ancestros."
Y así comenzó un diálogo revelador que cambiaría para siempre la percepción de Harry sobre su propia historia y el legado de aquellos que habían estado antes que él.
Flashback:
El vapor se elevaba de los raíles del andén 9¾ mientras los estudiantes abordaban el expreso de Hogwarts. Entre la multitud, una joven de cabello rojo y ojos brillantes se destacaba, aunque su corazón latía con nerviosismo. Lily ajustó su mochila y se acercó al tren, sintiendo la emoción mezclada con la ansiedad.
Después de encontrar un compartimento vacío, se acomodó en uno de los asientos y miró por la ventana mientras el tren comenzaba a moverse. Apenas podía contener su emoción por lo que le esperaba en Hogwarts, pero también sentía el peso de un secreto que no podía compartir con nadie más que con su familia.
La advertencia de su padre resonaba en su mente: "Debes mantenerlo en secreto".
Mientras el tren avanzaba, Lily se sumergió en sus pensamientos, repasando las palabras de su padre una y otra vez. ¿Qué pasaría si alguien descubriera la verdad sobre su linaje? ¿Qué consecuencias podría traer para ella y su familia?
Antes de que pudiera ahondar más en sus preocupaciones, la puerta del compartimento se abrió de golpe, y dos chicos de aspecto animado entraron.
"Hola", dijo el chico de cabello oscuro con una sonrisa juguetona. "Soy James Potter, y este es mi amigo Sirius Black. ¿Cómo te llamas?"
Lily se sintió sorprendida por la repentina intrusión, pero la amabilidad en los ojos de los chicos la tranquilizó. "Lily", respondió con una sonrisa tímida. "Lily Evans".
James y Sirius intercambiaron miradas cómplices antes de sentarse frente a ella.
"¿Lily Evans, eh?", dijo Sirius con una sonrisa traviesa. "Un nombre bonito para una bruja con mucho potencial".
Lily rió, sintiéndose más relajada en su presencia. Hablar con ellos la distrajo de sus preocupaciones por un momento, y por primera vez desde que subió al tren, se permitió disfrutar del viaje hacia Hogwarts.
El resto del camino, compartieron historias y risas, formando una conexión instantánea que prometía amistad y aventuras en los años venideros.
Cuando el tren finalmente se detuvo en la estación de Hogsmeade, Lily se levantó, sintiendo una mezcla de emoción y anticipación por lo que le esperaba en su nuevo hogar: Gryffindor.
El segundo año en Hogwarts trajo consigo una nueva ola de emociones para Lily Evans. A medida que sus lazos con James Potter y Sirius Black se fortalecían, también lo hacía la atracción que sentía por ellos. Sin embargo, esa atracción estaba teñida de confusión y conflicto, ya que Lily había descubierto que ambos chicos eran sus parejas predestinadas.
"No puede ser", murmuró Lily para sí misma una noche en la sala común de Gryffindor, sus ojos llenos de lágrimas mientras luchaba con sus sentimientos. "No quiero, no puedo elegir".
La lucha interna de Lily era desgarradora. Sabía que tenía que tomar una decisión, pero la idea de romper el corazón de uno de sus mejores amigos la atormentaba. Cada día se volvía más difícil, hasta que finalmente, la tensión rompió algo dentro de ella, no solo su corazón, sino también su esencia veela.
El tercer año en Hogwarts encontró a Lily luchando con una carga aún más pesada. La atracción hacia James y Sirius seguía presente, pero ahora estaba empañada por la oscuridad que se había apoderado de su mente.
Una noche, en la soledad de su dormitorio, Lily agarró su varita, sus ojos húmedos con lágrimas que se negaban a caer. Con manos temblorosas, presionó la punta de la varita contra su piel, sintiendo el calor del hechizo que se acumulaba dentro de ella.
De repente, la puerta se abrió de golpe, y Marlenne McKinnon irrumpió en la habitación con una expresión de horror en el rostro.
"Lily, ¡Lily!", exclamó Marlenne, corriendo hacia ella con urgencia. Le arrebató la varita de las manos, tratando desesperadamente de hacerla reaccionar.
"¿Qué crees que estás haciendo, Lilianne Versutus?", preguntó Marlenne con voz temblorosa, sacudiendo a Lily con suavidad. "¿Qué crees que estás haciendo, Lils? ¿Qué crees que pensarían James y Sirius?"
Lily apenas podía levantar la mirada, sumida en un mar de lágrimas y desesperación. "No puedo, Mar, no lo aguanto más", sollozó entre sollozos, dejando que la realidad de su dolor inundara su alma.
Marlenne la abrazó con fuerza, sintiendo el peso de la carga que Lily llevaba sobre sus hombros. Sabía que no podía resolver los problemas de Lily, pero estaría allí para apoyarla en cada paso del camino, incluso cuando la oscuridad amenazaba con consumirla por completo.
El cuarto año en Hogwarts trajo consigo un aura de tensión para Lily Evans. A medida que el acoso por parte de Severus Snape se intensificaba, sus días se volvían cada vez más sombríos. Se sentía atrapada en un ciclo de miedo y ansiedad, incapaz de encontrar una salida.
Una tarde en la biblioteca, Lily estaba concentrada en sus deberes cuando una sombra cayó sobre su mesa. Levantó la vista para encontrarse con la mirada fría de Severus, quien se inclinó hacia ella con una sonrisa siniestra.
"Lily", murmuró, su voz cargada de malicia. "¿No crees que sería mejor si te quedas en tu propio lugar?"
Lily apretó los puños, tratando de ignorar la oleada de miedo que la invadía. "Déjame en paz, Severus", respondió con voz firme, aunque temblorosa.
Severus se rió entre dientes, inclinándose aún más cerca. "No puedo hacer eso, Lily. Tú y yo tenemos asuntos pendientes".
Lily tragó saliva, sintiendo cómo el miedo se convertía en ira dentro de ella. Sin embargo, antes de que pudiera responder, una mano familiar se posó en su hombro, sacándola de su trance.
"¿Todo bien, Lily?", preguntó James Potter, su voz llena de preocupación. A su lado, Sirius Black fruncía el ceño, mirando a Severus con desdén.
Lily asintió con gratitud, sintiendo un pequeño rayo de esperanza en medio de la oscuridad. "Sí, gracias, James", respondió, deseando poder decirle la verdad sobre su situación.
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EL LEGADO POTTER-BLACK-VERSUTUS
FanfictionDos identidades ocultas por una mentira, una historia entre las sombras y una única oportunidad para recuperar el hilo del destino. Harry Potter, el Elegido, el Niño-que-vivio, ¿mestizo?, despues de la muerte de su padrino esta solo, no tiene famili...