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Lía Castilla
31/8/2023
— Ay dios mío Ava... Como salga positivo — le dije a mi hermana mientras me temblaban las manos.
No me bajaba la puta regla desde hace una semana y media.
— Tranquila tía, que seguro que es negativo.
— Míralo tú primero — le dije a mi hermana y ella miró el test.
— Lía, vas a ser mamá — anunció mi hermana y casi me da un chungo en el cuarto de baño.
— Mentira , mentira — cogí el test y ví las dos rayitas bien marcadas en rojo. — Joder, ¡joder!
Me senté en el suelo y comencé a llorar.
¡No podía tener una criatura con 18 años!
¿Como le decía yo esto a Héctor? Si no habíamos hablado desde que me fui de su casa porque estaba enfadado.
— Lía, mírame — mi hermana cogió mi cara y me seco las lagrimas y la miré. — Háblalo con Héctor.
— Ava... Voy a ser muy mala madre. ¡En septiembre empiezo la carrera y no voy a poder!
— No vuelva a decir lo de mala madre. Y segundo, con esfuerzo podrás con todo, el bebé y la carrera, yo confío en que podrás hacerlo. Felicidades, mami — me dijo mi hermana abrazándome mientras me levantaba del suelo.
— Tengo que ir a casa de Héctor, ya — dije agobiada.
— Corre. Aquí te espero. Cualquier cosa me llamas de inmediato, ¿vale? — me dijo Ava y yo asentí.
Me monté en el coche y fui a casa de Héctor y cuando aparqué enfrente de su casa apoyé la cabeza en el volante mientras lloraba.
Salí del coche y llamé a su casa.
— ¿Lía? ¿Estás bien? — me abrió Marc la puerta.
— ¿Dónde está Héctor? — le pregunté.
— ¿Héctor? En Ibiza, con su novia.
¿Ibiza? ¿NOVIA?
— ¿Cómo? — la vista se me nubló y comencé a marearme.
— Lía pasa adentro, estás pálida — Marc me agarró del brazo y me sentó en el sofá. — ¿Qué pasa Lía? Me estás preocupando.
— Que estoy embarazada, Marc — lo miré aterrorizada y él se llevó las manos a su nuca.
— ¿De Héctor? — preguntó y yo asentí. — ¡Pero si tiene novia! ¿Estás segura que es de él Lía?
— ¡Pues claro, Marc! ¡Lo he echo con el hace 3 putas semanas que son las que llevo de embarazo!
— Lía yo... No sé qué decirte nena... Y solo se que lleva con su novia 2 semanas.
— Marc — lo llamé. — Solo te pido una cosa.
— ¿Él que?
— Que no se lo cuentes a nadie.
— De mi boca no va a salir te lo prometo — me lo prometió.
— No se lo voy a decir a Héctor. No voy a arruinar una relación, no puedo, no soy capaz.
— Es tu decisión y la tengo que respetar. Y de mi boca no va a salir nada — dijo abrazándome.
— Gracias, Marc. Solo lo vais a saber mi hermana y tú.
— Me parece bien. Si necesitas alguien que te lleve a comprar ropa para el bebé ya sabes — Marc rió y provocó que se me escapara una pequeña sonrisa.
